En un giro inesperado en el paisaje urbano de Barcelona, las obras han comenzado para revertir el llamado «urbanismo táctico» que había sido implementado en la calle Pelai durante la pandemia.
Esta medida había ampliado la zona peatonal de la calle, pero ahora el nuevo consistorio liderado por Collboni está deshaciendo esta transformación con el objetivo de crear más plazas de aparcamiento para motos, bicicletas y carga y descarga.
Esta decisión ha provocado un debate entre los ciudadanos y ha generado opiniones divididas. Por un lado, Laia Bonet, la primera teniente de alcalde, argumenta que la ampliación peatonal implementada en los últimos dos años ha tenido un uso prácticamente nulo por parte de los peatones.
Sin embargo, por otro lado, hay críticas por parte de plataformas vecinales y otros actores, quienes sostienen que esta reversión no sólo afectará negativamente la calidad del aire en la ciudad, sino que también deshará el progreso hacia un espacio urbano más amigable para los peatones.
Urbanismo táctico en Barcelona para más aparcamientos
El objetivo de esta transformación es crear nuevas plazas de estacionamiento para bicicletas y motocicletas en el centro de la ciudad. La meta es lograr habilitar 72 plazas para bicis, 64 para aparcamiento de motos y 20 para carga y descarga.
Estas plazas se ubicarán en el tramo entre la plaza Universitat y la calle Balmes, manteniendo también espacios para contenedores. Entre Balmes y la plaza Catalunya se crearán plazas de aparcamiento para bicicletas y motos y también se mantendrán las plazas de carga y descarga.
La medida ha generado críticas por parte de grupos preocupados por la calidad del aire y la movilidad sostenible en la ciudad.
La plataforma vecinal Eixample Respira ha expresado su preocupación de que esta reversión aumentará la contaminación y ha pedido una pacificación completa de la calle Pelai, en línea con otros modelos exitosos en la ciudad, como el Portal de l’Àngel.
La proyección de las obras
Las obras para eliminar el «urbanismo táctico» pueden durar aproximadamente una semana. Se espera que esta transformación se ajuste dentro del marco del Plan Endreçat presentado por Laia Bonet y el concejal de seguridad, Albert Batlle, en julio.
Cabe destacar que, aunque esta medida pretende proporcionar más opciones de aparcamiento, también plantea preguntas sobre el equilibrio necesario entre la movilidad y la comodidad de los peatones.
Esta discusión sobre el espacio urbano de Barcelona refleja los desafíos inherentes a la planificación y gestión de las ciudades en constante evolución.
La lucha entre las necesidades de movilidad, la calidad del aire y la comodidad de los ciudadanos es un recordatorio de que cada decisión en la planificación urbana debe considerar cuidadosamente todas las partes interesadas y buscar soluciones que equilibren las diversas demandas de una ciudad en constante cambio.