La Comisión Europea emitió una alerta alimentaria después de detectar altos niveles de metomilo, un plaguicida no autorizado, en sandías para consumo humano procedentes de Marruecos.
La alerta se produjo después de que España comunicara el hallazgo a través del sistema Rasff, y posteriormente se notificara a los países de la Unión Europea.
El sistema de detección de la UE ha catalogado el nivel de riesgo como “grave”, aunque no se ha especificado la cantidad de plaguicida encontrada en la fruta.
Barcelona en alerta por la invasión de «hormigas locas»
La organización de consumidores Facua indicó que las sandías marroquíes registraban restos del plaguicida en niveles superiores a lo permitido en el mercado europeo.
El Límite Máximo de Residuos (LMR) establecido para el metomilo es de 0,015 mg/kg-ppm, mientras que las sandías analizadas tenían una proporción de 0,38+/-0,19 mg/kg-ppm.
Efectos en la salud
Facua advierte que el metomilo es una sustancia usada como pesticida que puede tener consecuencias graves en algunos casos, como dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, temblores y visión borrosa. Además, su combinación con alcohol puede impactar en el sistema nervioso.
Hasta el momento, no se han tomado medidas en reacción a este hallazgo, lo que preocupa a los consumidores.
La sandía es una de las frutas más consumidas durante el verano en España, por lo que se insta a las autoridades y supermercados a tomar las precauciones necesarias para evitar riesgos a la salud de los consumidores.
La vigilancia en la importación de productos agrícolas se vuelve crucial para evitar riesgos para la salud pública.
El metomilo: un insecticida de amplio espectro para el control de plagas en cultivos
El metomilo es un insecticida ampliamente utilizado en la agricultura para el control de plagas que afectan a frutales, hortalizas y cereales.
Pertenece a la familia de los carbamatos, una clase de plaguicidas químicos derivados del ácido carbámico. Este compuesto se destaca por su efecto de choque y su capacidad de absorción en los insectos, lo que lo convierte en un potente inhibidor de la enzima acetilcolinesterasa.
El metomilo actúa alterando las funciones neurofisiológicas de los insectos, lo que lo hace efectivo contra una amplia gama de plagas. Actúa en el interior del organismo del insecto una vez que este ha estado en contacto con el producto o lo ha ingerido.
Gracias a su amplio espectro de acción, el metomilo es eficaz en el control de diversas plagas que afectan a los cultivos, como pulgones, gusanos, escarabajos, ácaros y moscas blancas, entre otros.
Sin embargo, debido a su potente actividad y los posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente, su uso debe realizarse con precaución y siguiendo las indicaciones y dosis recomendadas por las autoridades reguladoras.
El insecticida metomilo fue detectado en sandías procedentes de Marruecos.