En el nuevo capítulo de Salirporbarcelona PODCAST, nuestra compañera Cristina Baigorri nos lleva a descubrir uno de los lugares más icónicos de Barcelona: Casa Almirall. Cuando piensas en Barcelona, probablemente te imaginas edificios modernistas, arte y cultura en cada rincón. Pero, ¿sabías que también puedes experimentar esa esencia en un lugar lleno de historia y tradición? Casa Almirall, situado en el número 33 de la calle Joaquín Costa, en el corazón del barrio del Raval, es uno de esos lugares que encapsulan el espíritu de la ciudad desde 1860.
La magia de Casa Almirall
Fundado en el mismo año que se iniciaron las obras del famoso Plan Cerdà, este bar se erige como un testigo vivo de la evolución arquitectónica y cultural de Barcelona. Sus paredes de estilo modernista, su imponente barra de mármol y su decoración cuidadosamente conservada transportan a quienes lo visitan a una época donde el arte y la funcionalidad se entrelazaban de manera magistral.
Según Pere Pina, actual responsable de Casa Almirall, el “secreto” de este lugar no radica solo en su gestión, sino en su física presencia: “El bar en sí es el verdadero secreto. Su estructura y encanto han conseguido que sobreviva al paso del tiempo”, afirma Pere.
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La escultura que conecta con la historia
Uno de los elementos más destacados del bar es una estatua emblemática. Esta pieza fue creada como símbolo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, un evento crucial en la historia de la ciudad. En aquel entonces, muchas de estas esculturas decoraban los arranques de las escaleras en los edificios del Eixample, marcando la transición del estilo neoclásico al modernismo. Hoy, esta estatua forma parte del alma de Casa Almirall.
“Esta estatua estuvo originalmente en un local de baile situado en esta misma calle. La familia Almirall, que gestionaba ese lugar, decidió traerla aquí para preservarla”, relata Pere. Además, explica cómo los Almirall evolucionaron hacia el alquiler de muebles para rodajes de cine y televisión, dejando un legado que sigue vivo.
Un interior cargado de detalles
Casa Almirall no solo impresiona por su historia, sino también por sus detalles arquitectónicos. Las molduras, las pinturas y la barra de mármol rojo ruso son testimonio de un trabajo artesanal inigualable. Pere destaca que gran parte del edificio fue construido con madera de pino rojo ruso, un material que realza la belleza y durabilidad del lugar.
“Cada elemento tiene una historia”, comenta Pere mientras señala una vitrina que combina estilos neoclásico y modernista. “En cada pieza se aprecia la transición entre dos movimientos artísticos”, añade.
Punto de encuentro cultural
A lo largo de los años, Casa Almirall ha sido refugio de artistas, escritores y músicos. Desde los años 70, el bar se convirtió en un epicentro cultural del Raval. Incluso personalidades como Mick Jagger han pasado por aquí, consolidando su fama como un lugar especial y auténtico.
Pere señala que muchos novelistas y poetas contemporáneos han inmortalizado Casa Almirall en sus obras. Su relevancia cultural trasciende generaciones, y aunque ha tenido que adaptarse a los cambios, el bar ha logrado mantener su esencia.
Resistencia en un barrio cambiante
El Raval, conocido en el pasado como el “barrio chino” o districto quinto ha experimentado una profunda transformación. Sin embargo, Casa Almirall ha logrado conservar parte del alma de aquella época. Pere, quien también es vicepresidente de la Asociación de Locales Emblemáticos de Barcelona, lamenta la pérdida de muchos espacios históricos debido a cambios en las leyes de alquiler y la falta de protección adecuada.
“Hemos perdido locales y palacios internos que formaban parte del patrimonio cultural de la ciudad. A pesar de los esfuerzos, muchos espacios siguen desapareciendo”, advierte.
La importancia de los visitantes
Aunque Casa Almirall ha sido testigo de una Barcelona en constante cambio, Pere asegura que sus visitantes saben apreciar el lugar. “Hay gente que viene solo para ver el bar y sentir su historia”, comenta. Este interés no solo proviene de los turistas, sino también de los vecinos que valoran la singularidad del espacio.
Pere también destaca la importancia de mantener un equilibrio entre la conservación del patrimonio y el respeto por el entorno. “La clave es educar y cuidar. Lo que no quieres para ti, no lo hagas a los demás”, reflexiona.
Mirando hacia el futuro
El sueño de Pere es que Casa Almirall continúe siendo un referente cultural y arquitectónico para futuras generaciones. Su objetivo es mantener el bar en las mejores condiciones posibles y asegurarse de que quienes lo hereden comprendan su valor histórico.
“Este lugar tiene muchísimos años por delante. Estoy seguro de que seguirá siendo un espacio especial para nuestros nietos y las próximas generaciones”, concluye Pere.
Una experiencia inolvidable
Visitar Casa Almirall es más que entrar a un bar; es adentrarse en la historia viva de Barcelona. Con cada detalle, desde su barra hasta sus esculturas, este lugar narra una historia que conecta pasado y presente. Si estás en el Raval, no dejes de visitarlo. Te aseguramos que sentirás la magia de una Barcelona que sigue siendo un referente mundial.