En los cimientos y profundidades de La Sagrada Familia, también hay toda una obra de arquitectura de alto reconocimiento.
Bajo La basílica se proyecta la construcción de una sala polivalente con entrada propia por la calle Mallorca. Estará ubicada justo bajo la nave principal del templo. Y también se remodelará y ampliará el museo.
Los últimos hitos de la basílica se habían concentrado en las alturas: comenzando por la torre de María con sus 140 metros y a 136 metros, la coronación de las dos primeras torres de los evangelistas.
La novedad ahora es que también en el subsuelo de la basílica, también habrá movimiento y construcción manteniendo todas las medidas de seguridad y las instalaciones técnicas.
Con ello, se garantizará el funcionamiento y autonomía de la iglesia por la que pasan a diario alrededor de 12.000 personas.
Lo maravilloso de las profundidades de La Sagrada Familia
Tanto la construcción actual como lo que se prevé realizar, revisten gran complejidad .
El templo es un ícono cultural y turístico muy concurrido por propios y turistas.
Ahora, además de las obras en altura donde se ha integrado el trabajo de operarios especializados y artistas a más de 100 metros, se unen los expertos de construcciones bajo tierra.
Bajo tierra están los equipamientos que permiten el funcionamiento del templo. También se encuentra el museo que miles de turistas lo visitan a diario. Enseguida se encuentra el taller donde se restauran algunas piezas y se imprimen las maquetas del templo en 3D.
El museo y la sala polivalente
En la actualidad el museo ocupa 1.500 m2 y el objetivo es remodelarlo y ampliarlo. La actividad se complementará con la futura sala polivalente en el último sótano y ocupará 261 m2.
Gracias a esta sala, la basílica contará con un espacio para llevar a cabo actividades culturales, presentaciones y conferencias de manera autónoma sin afectar el funcionamiento del resto del templo en la superficie.
Esta joya arquitectónica empezó a construirse en 1882 y por años, ha tenido que adaptar de manera permanente sus instalaciones según las normas utilizando la última tecnología.
Incluso, han implementado el suelo radiante con un sistema de tuberías bajo el pavimento y que genera menor consumo.
A pesar de las obras en la altura y en el subsuelo, la actividad religiosa, administrativa, turística, de seguridad y mantenimiento, mantiene las instalaciones con movimiento durante las 24 horas del día.
De esta manera, si hay algo que reparar de la nave se realiza en horas de la noche cuando no hay visitantes. De hecho, uno de los retos de arquitectos e ingenieros y sus equipos de trabajo, es interferir lo menos posible en las actividades diarias normales del templo.
La meta es culminar las obras en 2026 aunque el calendario puede irse ajustando.