Barcelona se enfrenta a un problema de sobre población de palomas en sus calles y espacios públicos, con estimaciones que sugieren la presencia de unas 85.000 de estas aves en la ciudad.
El exceso de alimento proporcionado por los ciudadanos ha contribuido a este problema y el Ayuntamiento está tomando medidas para abordar la situación.
Según el gobierno municipal, la estrategia a medio y largo plazo para controlar la población de palomas pasa por reducir la cantidad de alimento disponible que reciben.
Se ha identificado a unas 350 personas como «grandes alimentadores» de palomas, quienes arrojan más de dos kilos de comida al día para nutrir a estas aves en calles, plazas y parques de la ciudad.
Ayuntamiento busca reducir la población de palomas
Para disuadir a estos grandes alimentadores, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un plan piloto en siete espacios de la ciudad.
El objetivo es convencer a estas personas de que dejen de proporcionar alimento a las palomas, lo que según el gobierno municipal, tendría un impacto significativo en la población de aves en un plazo de dos o tres años.
Se estima que alrededor de 350 personas se dedican a esta práctica, contribuyendo así al aumento de la población de palomas.
El plan del Ayuntamiento se enmarca en una estrategia más amplia para mejorar los niveles de limpieza, civismo y seguridad en la ciudad. Aunque el enfoque principal está en los grandes alimentadores habituales, también se está trabajando para concienciar a los turistas y a aquellos que ocasionalmente dan comida a las palomas en la calle.
El exceso de alimento para las palomas no solo contribuye a la sobrepoblación de estas aves, sino que también puede provocar un aumento en el número de crías y generar problemas de suciedad e insalubridad en la ciudad.
Por lo tanto, el Ayuntamiento considera fundamental abordar este problema para garantizar una convivencia adecuada entre las palomas y los ciudadanos.
Un tema de salud pública
Una resolución previa de la Sindicatura de Greuges de Barcelona sugiere que el Ayuntamiento debería involucrarse más en el seguimiento y control de los dispensadores de alimento para palomas y de las personas identificadas que las alimentan.
Además, se han propuesto medidas como la instalación de más aspersores de pienso anticonceptivo para controlar la reproducción de las palomas.
En última instancia, el objetivo del Ayuntamiento es reducir la población de palomas a un nivel que sea compatible con la vida urbana, sin provocar molestias ni riesgos sanitarios para los ciudadanos.
Para implementar su plan, el Ayuntamiento ha iniciado un plan piloto en siete espacios de la ciudad. Además de abordar a los grandes alimentadores, también están trabajando para concienciar a los turistas y a otras personas que ocasionalmente alimentan a las palomas en la vía pública.