Barcelona, una de las ciudades más visitadas de Europa, se prepara para un aumento significativo en el turismo de cruceros en 2023. Se espera que la ciudad reciba alrededor de 900 cruceros durante el año, lo que representa un aumento considerable en comparación con los 810 cruceros que atracaron en 2022.
Este crecimiento en el turismo de cruceros plantea tanto oportunidades como desafíos para la Ciudad Condal.
El Port de Barcelona ha experimentado un crecimiento constante en el tráfico de cruceros en las últimas dos décadas, duplicando el número de buques turísticos que llegan a la ciudad.
Este crecimiento no muestra signos de desaceleración, ya que en los primeros meses de 2023, Barcelona ha recibido aproximadamente 200 cruceros.
Se espera que esta tendencia continúe a lo largo del año, con un total de unos 900 cruceros llegando a la ciudad.
Alrededor de 900 cruceros con turistas en 2023
La recuperación del sector de cruceros en Barcelona ha sido notable, con cifras que superan las de antes de la pandemia.
Entre enero y marzo de 2023, la ciudad recibió 149 cruceros y se espera que lleguen aproximadamente 80 cruceros en abril.
Las proyecciones para los meses siguientes también son prometedoras, con 99 cruceros esperados en mayo y 91 en junio.
Durante la temporada alta, que abarca de mayo a octubre, se estima que Barcelona podría recibir hasta 602 cruceros.
Los gastos de los viajeros
Según un estudio realizado por la Universitat de Barcelona en colaboración con la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), el gasto promedio de un pasajero de crucero en Barcelona es de 230 euros por persona y por día.
Sin embargo, la asociación Stop Creuers argumenta que los beneficios económicos generados por los cruceristas no se distribuyen equitativamente en toda la ciudad.
De hecho, las áreas más exclusivas de Barcelona son las que se benefician principalmente del gasto de los turistas, mientras que el 60% de los viajeros solo permanece en la ciudad durante unas pocas horas.
Los cruceros y los problemas medioambientales
A pesar de que los cruceristas representaron casi el 20% de los 9,7 millones de turistas que visitaron Barcelona en 2022, la llegada de estos barcos con miles de pasajeros también plantea serios problemas medioambientales.
Un solo crucero puede contaminar tanto como 12.000 automóviles, lo que contribuye a la creciente preocupación por la calidad del aire en la ciudad.
De hecho, un estudio de 2019 realizado por la ONG Transports and Environment reveló que Barcelona era la ciudad europea más contaminada por los cruceros. Lideraba en emisiones de óxido de azufre y óxido de nitrógeno, dos gases altamente contaminantes.
A medida que el turismo de cruceros continúa creciendo en Barcelona, la ciudad enfrenta el desafío de equilibrar los beneficios económicos con las preocupaciones medioambientales y la distribución equitativa de la riqueza generada por los turistas a la ciudad.