Barcelona refuerza su seguridad vial: nuevos radares en la ronda Litoral

En este primer vistazo, vamos a enterarnos de por qué la ciudad de Barcelona está a punto de dar un paso adelante en su lucha por mejorar la seguridad de sus calles. El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido instalar dos nuevos radares fijos en la ronda Litoral, específicamente en el punto kilométrico 16,1, cerca de la Zona Franca. ¡Vamos a ver qué más hay detrás de esta movida!

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Un enfoque estratégico para reducir accidentes

Estos nuevos radares no se colocaron a la ligera. La ciudad ha apostado por un enfoque estratégico, basada en criterios de seguridad vial acordados entre el Área de Movilidad y la Guardia Urbana. Según estudios de siniestralidad, este lugar es un punto crítico con un alto número de accidentes. Por esta razón, se han instalado radares con el objetivo de reducir los siniestros y mejorar la seguridad.

Los radares comenzarán a operar en septiembre, una vez integrados en la plataforma municipal y conectados al centro de control. Advertencias: si eres de los que ama pisar el acelerador, ten cuidado. Estos dispositivos están listos para sancionar a quienes superen los 80 km/h.

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Mantenimiento y modernización: un combo ganador

Esta iniciativa es parte de una serie de mejoras en el contrato de mantenimiento de radares del Ayuntamiento. No solo se han añadido nuevos puntos de control, sino que también se renovará otro radar en la Ronda de Dalt. La ciudad apuesta por la tecnología punta para facilitar un mayor control y evitar infracciones.

Actualmente, Barcelona cuenta con 67 radares, excluyendo los dos nuevos en la ronda Litoral. De estos, 28 son radares pedagógicos. Estos no multan a los conductores, solo les informan de la velocidad a la que están circulando. Los otros 39, por supuesto, sí pueden hacer que te rasques el bolsillo si te pasas de la raya.

¿Cómo impactan estos cambios en la seguridad vial?

El efecto deseado de estas mejoras es sencillo: más seguridad y menos infracciones. Con la llegada de nueva tecnología y la renovación de equipos existentes, Barcelona busca tener un control más efectivo sobre el cumplimiento de los límites de velocidad. Y evitando que los conductores excedan estos límites, esperan reducir significativamente los accidentes.

La eficacia de esta estrategia se hace evidente al mirar las cifras. En los once primeros meses del año 2024, diez radares en la ciudad impusieron alrededor de 150,000 multas. Curiosamente, siete de ellos se encuentran en las entradas y salidas de Barcelona, especialmente en la ronda de Dalt y la avenida de la Meridiana.

La necesidad de un cambio tecnológico

Pero, ¿por qué tanta insistencia en la tecnología? Simplificando, los radares nuevos y renovados parcialmente son la respuesta a problemas específicos de la ciudad. Incrementan la seguridad porque son capaces de detectar infracciones casi al instante, lo que disuade a los conductores de acelerar más de lo permitido. No es solo una cuestión de normas, sino de responsabilidad ciudadana.

Los puntos más problemáticos

Los “radares estrella” de Barcelona, por decirlo de alguna manera, ya se han hecho conocidos por la cantidad de sanciones que imponen. El radar más activo se encuentra en la avenida de la Meridiana, justo después de que los autos han salido de la AP-7 y deben reducir notablemente su velocidad. Este en particular, ha emitido más de 30,000 multas en un solo año.

El segundo en la lista se encuentra en la ronda de Dalt, en la zona de Nou Barris, y otro más en la Vía Augusta cerca de Vallvidrera. Estos son puntos donde la velocidad de los automóviles representa un riesgo notorio.

¿Qué viene después?

Mientras se nota ya la expectativa con la llegada de los nuevos radares, también está en marcha una renovación contractualmente programada para mejorar su rendimiento. Y, aunque la penalización por exceso de velocidad pueda parecer solo otro dolor de cabeza, no hay duda de que sentará las bases para un tránsito más seguro.

Con este compromiso por la seguridad vial, todos en Barcelona podrán disfrutar de una circulación más tranquila y, en lo posible, libre de peligros. Así que para los miles de conductores que surcan las calles de la ciudad cada día, así están las cosas. Ahora solo falta esperar a que la tecnología haga su trabajo a partir de septiembre.