Casa Amatller, el icónico edificio que adorna la ciudad, alberga el Museo Digital del Modernismo que ofrece una experiencia única para los visitantes.
Sumergiéndose en la historia de la ciudad y del movimiento modernista, este nuevo espacio combina realidad virtual y actividades inmersivas para brindar una perspectiva fascinante de la Barcelona de antaño.
¿Cómo es el Museo Digital del Modernismo?
El museo ocupa dos plantas y cuenta con una impresionante extensión de 2000 metros cuadrados dedicados a la exposición.
En la planta superior, los visitantes pueden disfrutar de una exposición permanente que narra la historia de Barcelona en 1900, centrándose en la fundación de la casa y la familia Amatller.
Esta exhibición se divide en diferentes salas, cada una con su propio enfoque conceptual.
Desde proyecciones audiovisuales hasta espacios interactivos diseñados especialmente para los más pequeños, cada rincón ofrece una oportunidad para conocer a los personajes protagonistas de la época.
La planta inferior del museo está destinada a exposiciones temporales.
Para inaugurar este espacio, se presenta la muestra «Dracs del modernisme», una narración sobre la presencia del dragón en la ciudad y su relación con la identidad catalana.
Una de las salas destacadas de esta exposición es una experiencia inmersiva que se distingue por contar con una cúpula especial.
Además, los visitantes también pueden disfrutar de una experiencia de realidad virtual que les permitirá realizar un mágico vuelo junto a uno de los pequeños dragones de la casa.
Adquiere las entradas
Si estás interesado en visitar el Museo Digital de la Casa Amatller, puedes acceder a él con una entrada que incluye la Casa Museo y el Museo Digital.
El museo está abierto al público de lunes a domingo, desde las 10 horas hasta las 7 de la tarde.
El precio de las entradas varía entre 19 y 29 euros, dependiendo de las opciones elegidas.
Sobre este edificio, ejemplo del modernismo catalán
La Casa Amatller fue construida originalmente para Antoni Amatller, un empresario chocolatero.
La obra maestra del arquitecto Puig i Cadafalch se inspira en las casas holandesas del siglo XVII y se distingue por su frontón típico flamenco cubierto de cerámica.
La fachada interior y la entrada están adornadas con esculturas de Eusebi Arnau que representan a chocolateros trabajando, almendros en flor y una referencia al apellido Amatller, así como la figura de Sant Jordi matando al dragón.
Además de su pasión por el chocolate, Antoni Amatller también amaba la fotografía.
Su hija transformó la casa familiar en un instituto artístico, y en la planta baja se exhibe una selección del archivo de las inmensas colecciones de su padre.
Esta fusión de tecnología y patrimonio cultural te transportará a una época pasada y te dejará con una apreciación renovada por el arte y la historia de Barcelona.