En un escenario de preocupación por la gestión del agua, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se prepara para implementar medidas para reducir la presión del agua en varias localidades cercanas a la ciudad.
La iniciativa responde a la superación del límite establecido de 200 litros de agua por habitante y día en municipios como Cervelló, La Palma de Cervelló, Corbera de Llobregat, Sant Vicenç dels Horts y Begues, según datos suministrados por la Agencia Catalana del Agua (ACA) en noviembre de 2023. Sin embargo, Barcelona aún no se encuentra entre las ciudades afectadas.
Por qué por ahora Barcelona no reducirá la presión del agua
A pesar de ser una metrópolis con un alto consumo de agua, Barcelona se ha librado hasta el momento, de las restricciones que afectarán a los municipios circundantes.
La razón radica en que, si bien la cantidad total de agua consumida en la capital catalana es significativa, al dividirla entre la población, la media no supera los 200 litros por habitante/día que es el límite actual para la implementación de medidas de reducción de presión.
El consumo promedio de agua por habitante y día en Barcelona, según datos proporcionados por ACA, se ha mantenido por debajo de los 200 litros durante todo el año pasado. A pesar de las fluctuaciones estacionales, la ciudad se encuentra actualmente por debajo del umbral crítico que activaría la reducción de la presión del agua.
Proyecciones para futuras reducciones en Barcelona
Aunque Barcelona no está sujeta a las restricciones actuales, esto no garantiza inmunidad a futuras reducciones de presión. La clave está en la evolución de las fases de emergencia por sequía establecidas en el plan de restricciones de la Generalitat.
Actualmente nos encontramos en la fase 1 de emergencia, con un umbral de consumo de 200 litros por habitante y día.
Sin embargo, si las condiciones de sequía persisten y las reservas hídricas disminuyen, es probable que avancemos a las fases 2 y 3 de emergencia. En la fase 2, el umbral se reducirá a 180 litros por habitante y día, y en la fase 3, se limitará a 160 litros por habitante y día.
Las proyecciones indican que la fase 2 podría activarse en primavera si las reservas de los embalses alcanzan los 67 hm³ (10,95%). En cuanto a la fase 3, requerirá reservas aún más bajas, específicamente 33 hm³ (5,4%), y podría activarse en verano.
Si estas previsiones se cumplen y la situación no mejora, es probable que Barcelona experimente una reducción en la presión del agua durante el verano, ya que el umbral se situará en los 160 litros por habitante y día, una cifra que se ha superado mensualmente en la ciudad durante el año 2023.
La ciudad se encuentra en un punto crítico donde las decisiones estratégicas y la conciencia del consumo de agua serán fundamentales.