En dos estaciones de la L1 del metro de Barcelona (La Sagrera y Universitat), se han visto desde hace un par de semanas unos curiosos reposabrazos.
Son soportes en los bancos cuyo propósito es ayudar a personas con diversidad funcional y movilidad reducida a acceder más fácilmente a los andenes.
El proyecto piloto es impulsado por TMB y la Escuela de Diseño e Ingeniería de Barcelona, Elisava.
Con esta novedad, se ha logrado que las estaciones de La Sagrera y Universitat de la L1 de metro sean un poco más accesibles para los usuarios.
Los encargados de adelantar el diseño fueron nueve alumnos del Grado en Ingeniería de Diseño Industrial y del Grado en Diseño de Elisava.
Los estudiantes contaron con la dirección estratégica de la unidad de innovación del Barcelona centro de Diseño, quienes en conjunto impulsaron este proyecto piloto.
El objetivo se centró en el diseño y la creación de reposabrazos que se han ubicado en los bancos de los andenes del metro.
La iniciativa liderada por el área de innovación de TMB, nació con el ánimo de que las estaciones del metro sean más accesibles a los ciudadanos.
Además fue una respuesta oportuna al Real Decreto estatal y al nuevo decreto de accesibilidad de Cataluña. Esta normativa hace obligatoria la instalación de este tipo de elementos.
En la L1 del metro, reposabrazos para mejorar la accesibilidad
Estos reposabrazos son un buen complemento para la llegada de los asientos isquiáticos.
Estos son elementos que permiten el reposo lumbar de los usuarios que también están alineados con el servicio de Accesibilidad Universal impulsado por TMB.
Otro factor a destacar de los reposabrazos es que son sostenibles. Están fabricados a partir de tubos de acero inoxidable de autobuses calibre 30 que han sido retirados del servicio.
Este acero por su calibre es de larga vida y no se deteriora con facilidad ante actos vandálicos.
En todo el proceso de fabricación se ha buscado minimizar los procesos industriales para hacerlos más sostenibles y garantizar una mínima huella ecológica.
El diseño y funcionalidad
El diseño de los reposabrazos se basa en un prototipo universal y ergonómico, que puede adaptarse en todos los bancos de la red de metros de la ciudad.
El perfil del reposabrazos es redondo, ya que es más cómodo para el usuario. Así mismo, la superficie es rugosa lo cual favorece la sujeción.
El objetivo es instalar en cada banco dos reposabrazos a una distancia de 50 centímetros entre sí. De esta manera, el usuario logra acomodarse, levantarse o sentarse con facilidad.
El diseño se creó buscando la ergonomía del usuario y los prototipos se ubican justo en los bancos en perfecta alineación con las puertas de los vagones correspondientes para viajeros con movilidad reducida.