En medio de un debate crucial sobre el futuro de las viviendas turísticas y la posibilidad de permitir hoteles pequeños en el centro de Barcelona, el alcalde Jaume Collboni se encuentra ante una encrucijada al tener que decidir entre dos propuestas opuestas presentadas por Barcelona en Comú y Junts per Barcelona.
Ambos grupos políticos aspiran a ser el socio preferido del gobierno municipal, y sus propuestas para el sector de la vivienda marcarán una pauta importante en la relación futura con el alcalde.
Barcelona en Comú aboga por el cierre de 8,000 viviendas turísticas
Barcelona en Comú ha anunciado su intención de instar al gobierno de Collboni a cerrar 8,000 de los 9,700 pisos turísticos con licencia legal que actualmente operan en la ciudad. Esta propuesta surge en respuesta al reciente decreto ley aprobado por la Generalitat, que cambia radicalmente las reglas para los pisos de actividad turística.
Anteriormente, estos contaban con un permiso perpetuo para operar, pero la nueva normativa otorga a los ayuntamientos la capacidad de tomar decisiones sobre su parque de pisos turísticos.
Según la nueva normativa, los propietarios de pisos turísticos legales deberán solicitar una licencia urbanística en los próximos cinco años, la cual será renovable cada cinco años. Este cambio brinda a los ayuntamientos la posibilidad de aumentar o reducir el número de pisos turísticos en el futuro, permitiendo una regulación más dinámica y adaptada a las necesidades de la ciudad.
Junts per Barcelona propone regulación para hogares compartidos
Por otro lado, Junts per Barcelona presenta dos iniciativas que buscan modificar el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat). En primer lugar, proponen la regulación de hogares compartidos, es decir, el alquiler de habitaciones por periodos inferiores a 30 días.
Esta propuesta responde a la necesidad de adaptar la normativa a nuevas formas de alojamiento y refleja una antigua iniciativa del PSC que Barcelona en Comú había impedido en el pasado.
La segunda modificación propuesta por Junts per Barcelona apunta a permitir proyectos singulares turísticos en la Zona 1 del Peuat, que abarca el centro de la ciudad. En la actualidad, las restricciones no solo impiden la creación de nuevas plazas turísticas, sino que también impiden la sustitución de una plaza turística cerrada.
Los proyectos singulares turísticos se refieren a hoteles pequeños ubicados en inmuebles en situaciones particulares.
Decisiones cruciales
Estas propuestas colocan al alcalde Collboni en el centro de un dilema, ya que debe elegir entre cerrar significativamente el número de pisos turísticos o permitir una mayor flexibilidad para hoteles pequeños en el centro.
La decisión final tendrá un impacto directo en la configuración del sector turístico y en la calidad de vida de los residentes en Barcelona. A medida que la ciudad se enfrenta a cambios normativos, la relación entre el gobierno municipal y los diferentes actores del sector turístico se redefine, marcando un hito en la estrategia de la ciudad hacia un turismo sostenible y equitativo.
El próximo encuentro en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Vivienda y Movilidad será crucial para determinar el rumbo que tomará Barcelona en esta materia.