Barcelona experimentó un cambio significativo con el cierre de una icónica pista de patinaje sobre hielo, el Skating. Situada en la calle Roger de Flor del Eixample, esta legendaria instalación, inaugurada el 15 de diciembre de 1974, fue durante décadas el punto de encuentro de familias, parejas y niños que compartían su pasión por el patinaje.
Fundada por dos hermanos, uno de ellos apasionado por el patinaje y continuada por la voluntad de la esposa de uno de ellos después de sus fallecimientos, el Skating se convirtió en un símbolo de diversión y esparcimiento en la Ciudad Condal.
A lo largo de más de 20 años, la pista se modernizó y prosperó, adaptándose a las demandas cambiantes de la sociedad barcelonesa.
Sin embargo, el golpe de gracia llegó con la pandemia de COVID-19. Después de enfrentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), el Skating se vio obligado a cerrar sus puertas en 2021, marcando el fin de una era para muchos habitantes de Barcelona.
Desde entonces, la oferta de patinaje sobre hielo en la ciudad se ha reducido drásticamente. Actualmente, la única opción disponible es la pista de hielo del FC Barcelona y durante las festividades navideñas, la que suele ser instalada por el Ayuntamiento de Barcelona.
La desaparición del Skating dejó un vacío en el corazón de aquellos que encontraban en sus instalaciones un lugar para compartir momentos especiales.
Skating: de icónica pista de patinaje a supermercado
El destino del lugar que alguna vez resonó con risas y el roce de cuchillas sobre hielo ha tomado un giro inesperado. El amplio local que albergaba al Skating ahora es un Carrefour, una famosa cadena de supermercados francesa.
La transformación del espacio, desde un emblemático rincón de entretenimiento a un centro comercial, ha generado una mezcla de opiniones entre los habitantes locales.
Los vecinos del sector manifiestan que mientras estaba la pista en funcionamiento había mucha vida en el sector. La calle se llenó de niños, familias, parejas y ahora no hay nada. La nostalgia por la pérdida de un lugar que fue testigo de risas y alegrías se refleja en la comunidad, recordando con cariño los días en que el Skating era el epicentro de la diversión.
El cierre y transformación del Skating no solo marcan el fin de una era en la escena de patinaje sobre hielo en Barcelona, sino que también subrayan los desafíos económicos y sociales que la pandemia ha impuesto a empresas emblemáticas.
La adaptación a las nuevas circunstancias, en algunos casos, implica cambios drásticos en la función y el propósito de lugares que una vez fueron fundamentales para la identidad de la ciudad.
Aunque la pista de hielo ya no resuene con la música alegre y las risas de los patinadores, el recuerdo del Skating perdurará en la memoria colectiva de Barcelona.
La ciudad, como testigo de su propia evolución, se embarca en una nueva etapa, donde antiguos lugares emblemáticos dan paso a nuevas experiencias, recordando a todos que el cambio es inevitable en la vida urbana.