El año 2023 fue testigo del calentamiento global más pronunciado registrado hasta la fecha, siendo la emisión de gases de efecto invernadero la principal causa.
A pesar de esta tendencia global, Cataluña ha destacado positivamente al registrar una disminución del 5,5% en las emisiones durante ese año, según la Estimación Provisional de Emisiones de CO2 del Monitor Público de Emisiones de Cataluña.
El territorio emitió 39,7 millones de toneladas de CO2, lo que representa una reducción del 1,7% con respecto a 2021. Este cambio de dirección es particularmente significativo después de dos años de aumento de emisiones, evidenciando un esfuerzo local por contrarrestar el impacto ambiental.
La disminución se atribuye en gran medida a la reducción del consumo de combustibles fósiles, con un descenso del 9% en el gas natural y del 2% en los carburantes utilizados en el transporte por carretera.
Aunque el informe no profundiza en las causas subyacentes de esta disminución, se especula que varios factores podrían haber contribuido a este resultado alentador.
Entre ellos se incluyen mejoras en la eficiencia industrial, prácticas más responsables en el consumo de energía residencial, cambios en los patrones de movilidad, avances tecnológicos, un mayor uso de energías renovables y un aumento en la práctica del autoconsumo.
Reducción de gases de efecto invernadero y otros retos ambientales
A pesar de este descenso alentador, Cataluña sigue enfrentando desafíos significativos en relación con los compromisos ambientales acordados internacionalmente.
El aumento de las temperaturas globales ha reavivado la discusión sobre los límites establecidos en el Acuerdo de París de 2015, que marcó pautas para la seguridad climática y fijó límites para las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este contexto, los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) han advertido que las emisiones no deben superar las 24,8 millones de toneladas de CO2e, un objetivo que exige reducciones anuales superiores al 6% a partir de 2024. Cataluña, lamentablemente, ya supera estos límites establecidos.
La Generalitat ha evaluado que, para alinearse con la ambición del paquete ‘Fit to 55’ de la Unión Europea, las emisiones en 2030 no deben superar las 28,2 millones de toneladas de CO2e, lo que representa una reducción del 29% en comparación con las emisiones de 2023.
Este desafío subraya la necesidad de un enfoque más riguroso y acciones sostenibles para cumplir con los compromisos ambientales internacionales.
Desafíos pendientes y medidas futuras
El descenso de las emisiones en Cataluña es una señal positiva de progreso, pero también destaca la necesidad continua de medidas más audaces y una transición hacia prácticas más sostenibles en todos los sectores.
La mejora de la eficiencia industrial, la promoción del consumo responsable de energía en los hogares, la inversión en tecnologías limpias y renovables, así como el fomento del autoconsumo son áreas clave que pueden contribuir a un impacto ambiental más positivo.