Son muchas las joyas que esconde Barcelona… algunas de ellas poco conocidas que merece la pena explorar, como nuestro protagonista en este post, el Parque de Torreblanca.
Un auténtico vergel en el que deleitarse entre grutas, caminos escondidos y saltos de agua que automáticamente te hace sentir que ya no estás en la ciudad, aunque en realidad no has salido de ella.
Se trata de un jardín romántico que hoy podemos disfrutar en Barcelona gracias a los condes de Monistrol, que construyeron en lo que hoy es el parque el Palau de Torreblanca, utilizando el terreno que lo rodeaba para dar forma a un jardín que seguía las modas de la época en el que podían escapar del ajetreo de la ciudad.
El laberinto que sustituye al Palau de Torreblanca
Desafortunadamente el Palau de Torreblanca ya no existe. la construcción quedó demasiado dañada tras la Guerra Civil, así que en los años 50 se derribó. Pero en su lugar se ha creado precioso laberinto en el que es habitual encontrar familias y niños jugando.
Actividades para los más pequeños
El Parque suele ofrecer una gran cantidad de actividades, pero cabe destacar la Ludoteca Ambiental. Se trata de un servicio gratuito a través del que prestan lupas, cuerdas, pelotas e incluso realizan itinerarios guiados por el parque. El objetivo de la Ludoteca Ambiental es que los más pequeños de la casa conozcan el parque, su historia y la naturaleza que lo rodea de una forma divertida.
Un mercadillo cada domingo, el Mercado de Pagès
Además, cada domingo se celebra en el parque el Mercado de Pagès, en el que agricultores del Parque Agrario del Baix Llobregat venden su producto fresco cultivado en la comarca del Baix Llobregat.
Cómo llegar
Coger el Tram (línea T3, hasta la parada de Torreblanca).
Puedes cogerlo en la parada Francesc Macià, y también en la parada de L3 Palau Real o Maria Cristina.
Si prefieres ir en bus, también tienes alternativa: desde Plaza Universidad nº 63
