Esta semana se ha despedido de una de las peculiaridades más emblemáticas de Barcelona: la Pared de Chicles del barrio de Verdum. Durante más de una década, esta pared ha sido un punto de interés para locales y visitantes por igual, pero ahora ha desaparecido para siempre.
Ubicada en la calle de Jaume Martí en Nou Barris, junto a la salida de una escuela y un gimnasio de boxeo, la pared de chicles ha sido testigo de una acumulación única de golosinas. A lo largo de los años, miles de personas han pegado chicles en esta pared, creando un mural improvisado y colorido sobre ladrillos rojizos.
Sin embargo, esta semana, los servicios de limpieza del Ayuntamiento finalmente decidieron retirar el mural, dejando la pared gris y despojada de su característica distintiva.
La noticia de que la pared de chicles ha sido retirada ha generado sorpresa y debate en la comunidad local. Por su parte, el usuario de X Barcelona Singular (@Bcnsingular) reveló la desaparición del mural al mostrar una imagen de la pared limpia y ahora despojada de las miles de golosinas que permanecían pegadas allí.
Desaparece la mítica Pared de Chicles en Barcelona
El anuncio de la desaparición del mural de chicles fue recibido con opiniones encontradas por parte de la comunidad. Mientras algunos lamentaron la pérdida de esta peculiar atracción urbana, otros celebraron su desaparición, calificándola de desagradable e insalubre.
El debate sobre el arte urbano y su lugar en el paisaje urbano de Barcelona continúa siendo un tema candente entre los residentes y visitantes de la ciudad.
Aunque la pared de chicles ha desaparecido, Barcelona sigue siendo el hogar de una rica escena de arte urbano. Desde murales pintados en parques hasta obras de artistas locales en las calles, la ciudad sigue siendo un crisol de creatividad y expresión artística.
Sin embargo, la pérdida de la pared de chicles marca el fin de una era y deja un vacío en el corazón de aquellos que alguna vez visitaron este lugar único.
Aunque la Pared de Chicles ha desaparecido, Barcelona sigue siendo el hogar de numerosos murales artísticos que dan vida a sus calles y plazas. Desde el parque de las Tres Chimeneas en Poble Sec hasta las obras de artistas locales como Roc Blackblock y TvBoy, la ciudad continúa siendo un lienzo para la expresión creativa y la diversidad cultural.
El adiós a la mítica pared de chicles en el barrio de Verdun marca el final de un capítulo en la historia de Barcelona. A medida que la ciudad evoluciona, es importante recordar y celebrar estos lugares que han desempeñado un papel único en la vida de la comunidad local.
El legado perdurará en quienes fueron testigos de su singularidad.