El futuro de las playas de Barcelona y Tarragona es incierto y algunos ayuntamientos catalanes continúan divididos respecto a la aportación de arena como medida para recuperarlas.
El Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Dirección General de Costas, ha invertido 5,3 millones de euros en los últimos tres años para recuperar las playas.
Todo en respuesta al temporal Gloria en 2020 y las lluvias torrenciales posteriores que también afectaron el litoral.
Sin embargo, gran parte de la arena añadida ha sido engullida por el mar.
De hecho, la directora general de Canvi Climàtic de la Generalitat, Mireia Boya, opina que la pérdida de arena será la dinámica natural en muchos lugares y algunas playas desaparecerán.
El incierto futuro de las playas en Barcelona
Boya considera que añadir arena es «tirar el dinero» y que se debería asumir el proceso inevitable de la pérdida de arena, puesto que el nivel del mar seguirá aumentando y las playas serán cada vez más cortas.
Por su parte, el Ministerio admite que la aportación de arena es una medida temporal y momentánea, pero la mantiene porque varios ayuntamientos lo piden.
Además, es más respetuosa con el medio ambiente que algunas obras.
La aportación de arena para recuperar las playas divide a los ayuntamientos catalanes. Algunos alcaldes la reclaman como medida para salvar la temporada de verano, mientras que otros no lo aceptan.
Boya también critica el «interés económico» que centra esta estrategia en evitar el proceso natural de pérdida de arena.
Los factores que afectan
Los temporales y la erosión costera son un problema que preocupa a los habitantes de la costa catalana.
En el litoral tarraconense, por ejemplo, se han realizado importantes inversiones estatales para proteger las playas.
Sin embargo, en el Maresme, los efectos de los temporales son una fuente de preocupación, especialmente debido a la proximidad entre la playa y las vías del tren.
A pesar de que se están estudiando posibilidades más duraderas y ecológicas, como la construcción de espigones, los pueblos más afectados por la erosión costera, como Premià de Mar, piden soluciones más inmediatas, como la aportación de arena.
La erosión costera es un problema complejo y delicado que requiere la colaboración de diferentes organismos y la aplicación de medidas adecuadas y respetuosas con el medio ambiente.
La aportación de arena es una medida que puede ser efectiva a corto plazo, pero no es una solución definitiva, especialmente en un contexto de cambio climático.
Por lo tanto, es necesario seguir trabajando en la búsqueda de soluciones más duraderas y sostenibles que permitan garantizar la protección de las playas y el medio ambiente a largo plazo.
Al parecer, la arena extra es la medida más viable y eficaz en estos momentos.