¿Caben Pascual Maragall, el signo de Acuario, Hércules y la Villa Olímpica en un mismo artículo sin que la conclusión sea: pura locura? Pues sí, misteriosamente, la respuesta es sí. Pero es que esto va de misterios…
Y quizá el mejor comienzo a esta historia es una pregunta sin respuesta.
Ya veremos como acaba…
Esa pregunta sería: ¿sabía el equipo de Pascual Pascual Maragall que el lugar elegido para el emplazamiento de la «Villa Olímpica» corresponde al sector de la ciudad que astrológicamente está regida por el signo de Acuario? Lo ignoramos. Y difícilmente encontraremos respuestas a estas alturas de la película. Eso sí, no es argumento suficiente para frenarnos en nuestro afán por derramar algo de luz a este misterio.
Desde el pasado siglo los socialistas trataron de urbanizar precisamente la zona. Y lo que quizá no sabías (confesamos que nosotros tampoco hasta que empezamos a indagar en esta historia) es que el nombre de la Avenida Icaria no fue elegido al azar, ni mucho menos se debe a algún banal motivo, sino que evoca la república ideal definida por Etienne Cabet en su obra «Regreso a Icaria», en la que describe a una comunidad ideal.
Acuario, o más bien el signo de acuario es casi sinónimo de ‘novedad’. Aunque también lleva impresa la libertad. Esto lo saben bien los místicos que controlan un poco los temas astrológicos. Ahora bien, teniendo esto en cuenta, ¿qué mejor lugar para ubicar la médula de Barcelona?, ¿no?
Y qué mejor representación al inicio de la Villa Olímpica que una gran escultura de un pez sin cabeza ni cola. Pero, ¿por qué sin cabeza ni cola? Porque ello lo convertiría en el elemento perfecto para representar la superación de la fase histórica que representó la Barcelona fundada míticamente por el Hércules Libio. Pero si vamos aún más allá en este apasionante misterio, ¿acaso sería demasiado descabellado entender que los dos edificios entre los que se encuentra la estatua situada (la Torres Mapfre y el Hotel de las Arts) representan las dos Columnas de Hércules, que además están situadas frente al mismo mar del que procedió el héroe clásico en la «Barca Nona» (novena barca) de donde deriva el nombre de Barcelona?
Lo cierto es que no sabemos si hemos aclarado algo, pero por lo menos sí esperamos con este planteamiento misterioso y leyenda que pulula por las calles de Barcelona, que seas capaz de ver, cuando pasees por la Villa Olímpica, la ciudad desde un punto de vista más místico, más mágico —si cabe— y más interesante.