En una emocionante muestra de amor y admiración por la obra maestra de Miguel de Cervantes, Francisco Morales, un barcelonés de 87 años, ha llevado a cabo una hazaña sin precedentes: escribir a mano el libro completo de El Quijote de la Mancha en papel de caja registradora.
Esta peculiar hazaña no sólo se destaca por su originalidad, sino también por el extraordinario esfuerzo y dedicación que ha requerido.
El modesto piso de Francisco en el distrito de Nou Barris en Barcelona se ha convertido en el hogar de esta increíble proeza literaria.
En un armario especialmente diseñado y construido por él mismo, Francisco guarda con orgullo su obra maestra: El Quijote escrito a mano en una tira de papel de caja registradora que alcanza una extensión de 15 kilómetros de largo.
Una verdadera pasión literaria
Esta obra monumental no sólo rinde homenaje al genio de Cervantes, sino que también refleja la pasión y devoción de Francisco por la literatura.
La inspiración detrás de este proyecto único proviene de la profunda admiración de Francisco por la figura de Cervantes.
Desde que leyó por primera vez la novela de Don Quijote de la Mancha a la edad de 13 años, Francisco se ha sumergido en el mundo de este icónico personaje literario.
A lo largo de los años, ha leído la obra innumerables veces y ha dedicado una gran parte de su vida a honrar a Cervantes y su legado.
Cómo escribió El Quijote en papel de caja registradora
El proceso de escribir El Quijote en el papel de caja registradora fue un desafío considerable para Francisco.
Comenzó con el primer tomo de la novela para el cual necesitó 180 rollos de 40 metros de papel.
Posteriormente, continuó con la segunda parte utilizando 195 rollos adicionales. En total, se utilizaron dos bobinas que suman más de siete kilómetros de longitud cada una, dando como resultado los asombrosos 15 kilómetros de papel escritos a mano.
Francisco bromea diciendo que si se extendiera la tira de papel a lo largo de la Avenida Diagonal, desde Cornellà de Llobregat hasta el mar, e incluso se atara a una lancha, aún no se habría alcanzado el final.
Esta anécdota destaca la magnitud de su logro y la pasión inquebrantable que ha puesto en la creación de esta versión única de El Quijote.
A pesar de que el Quijote de Francisco no ha sido reconocido oficialmente como la versión más larga jamás escrita, su dedicación y esfuerzo incansable merecen el reconocimiento y admiración.
Su obra representa una muestra inspiradora de la devoción por la literatura y el arte y recuerda el poder y la influencia duradera de las grandes obras literarias en nuestras vidas.
Francisco Morales es un verdadero caballero de las letras.