Con tan solo 25 años el barcelonés Enric Badia Elias, fue galardonado con el título de segundo mejor panadero del mundo en Nantes, Francia.
Enric es el representante de la cuarta generación del Forn Elias (Freser, 90, en el Clot), una panadería centenaria y de gran tradición en la ciudad.
A finales de octubre representó a nuestro país en el “Mondial du Pain” y regresó de Francia ostentando el segundo puesto en el concurso más importante del sector del pan a nivel mundial.
El primer puesto lo ganó el representante de Japón por su gran disciplina, recursos y conocimiento y el tercer lugar fue otorgado a Italia.
Enric se ha preparado y entrenado con el director de la escuela Baking School de Sabadell, el francés Yohann Ferran.
Afirma que “el mundial no se compara con un Michelin. Es una competencia, algo así como las olimpiadas del pan”.
Competir por el título del mejor panadero del mundo
La competencia se lleva a cabo en una jornada de ocho horas de duración, en un miniobrador de 10 m2.
Los concursantes deben preparar panes decorativos, aromáticos, clásicos como el baguette, así como una muestra de un pan con valor nutricional.
También se debe presentar un bocadillo y tres formas diferentes de croissant y brioche a partir de masa con dulce. Al terminar se presenta todo en una mesa para evaluación del jurado.
En el Mondial, Enric estuvo acompañado por su equipo de competición compuesto por tres personas: él como panadero, un ayudante (Marta Sanjosé panadera de Terrasa) y su entrenador Yohann Ferran.
Enric afirma que para los franceses participantes en la competencia fue difícil aceptar un quinto puesto, pues Francia es el país orgulloso de su gastronomía y la baguette es un símbolo nacional.
En este Mundial no se trata de hacer lo que el panadero cree que es el mejor producto, sino en preparar lo que más gustará a un jurado. Es una competencia.
La madre de Enric afirma que desde los 5 años él ya soñaba con ser panadero.
Con el pasar de los años lo logró con excelencia y fue cuando junto con su prima, son la cuarta generación al frente de un horno centenario en el Clot, abierto por su bisabuelo.
El bisabuelo de Enric compró el local de la panadería, después el abuelo adquirió la tecnología y la maquinaria. Enseguida la madre de Enric aguantó el negocio y el trabajo diario y ahora los jóvenes intentan profesionalizar el arte de ser panadero.
El segundo mejor panadero del mundo resume que “Forn Elias es el cruce perfecto entre una panadería antigua y con el preparar panadería clásica con modernidad».
De esta forma sintetiza todo un siglo de trabajo. La modernidad está en simplificar procesos.