La escuela, ubicada en el centro de Barcelona, cuenta con una metodología basada en el Renacimiento y en la enseñanza de maestros pintores como Jean-León Gérôme, Léon Bonnat o Carolus-Durán.
Para Díaz Alamá, el arte figurativo es el futuro, y su propuesta es volver “a los clásicos, a la base del arte”.
La escuela, que cuenta con una lista de espera y unos 280 alumnos, el 80% de ellos extranjeros, imparte clases de dibujo, pintura y escultura.
Los estudiantes se matriculan por trimestres y disponen de una treintena de profesores y veinte modelos. La Barcelona Academy of Art es una de las ocho escuelas en todo el mundo que sigue esta metodología de enseñanza.
Los inicios de la Barcelona Academy of Art
La escuela comenzó en el Poble Nou, pero debido a su crecimiento, se trasladó a un antiguo almacén textil en el Eixample de Barcelona.
La fachada del edificio llama la atención de los transeúntes, y las pinturas en la entrada, muchas de ellas del propio Díaz Alamá, expresan la filosofía de la escuela: retratos, pinturas que exhiben el alma humana.
La enseñanza en la Barcelona Academy of Art se basa en la idea de que el arte figurativo es la base del arte, y que para desarrollar un proyecto propio, los artistas deben regresar al inicio y a las bases del dibujo.
La escuela ha acogido proyectos tan exitosos como la exposición sobre la Divina Comedia en el Museo Europeo de Arte Moderno, y cuenta con alumnos procedentes de todos los rincones del mundo.
La escuela de arte intentó convertirse en un centro universitario, pero en 2019, la Generalitat no autorizó el cambio por cuestiones urbanísticas.
No obstante, Díaz Alamá tiene planes para la escuela, que también funcionará como galería de arte.
El centro, donde se ubica su propio estudio, busca seguir siendo un referente en el mundo del arte figurativo.
La BAA llenó un gran vacío
La Barcelona Academy of Art (BAA) fue fundada en 2003 por el pintor español Jordi Díaz Alamá.
Él mismo se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona, donde recibió una educación clásica y realista, y posteriormente estudió en la Academia de Bellas Artes de Florencia, Italia.
A su regreso a Barcelona, Díaz Alamá se dio cuenta de que no había una institución que ofreciera una educación rigurosa en el dibujo y la pintura figurativos, y decidió fundar la BAA para llenar ese vacío.
La idea fue crear una escuela que siguiera la tradición académica del Renacimiento y de los principales ateliers realistas académicos del siglo XIX. Y se logró.