En los últimos años, el concepto de “only adults” en hoteles ha ido ganando terreno en el sector turístico español.
Se trata de establecimientos que prohíben el acceso a menores de edad, con el objetivo de ofrecer un ambiente tranquilo y relajado a sus huéspedes adultos.
Sin embargo, este tipo de hoteles ha generado polémica debido a la posible discriminación que implica.
Por su parte, el sector turístico defiende que este tipo de hoteles es una opción más y que hay una demanda importante por parte de un público que busca tranquilidad y descanso.
De hecho, según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, el 5% de los hoteles españoles cuentan con esta clasificación.
¿Cuándo surgió el “only adults”?
El concepto “only adults” surgió en los años 70 en los grandes complejos hoteleros del Caribe que se dirigían principalmente al público adulto estadounidense.
Su promesa de valor era ofrecer un ambiente de luna de miel y desconexión total sin niños y niñas haciendo ruido.
En España, el primer establecimiento de este tipo abrió en Gran Canaria en 2008 y desde entonces el concepto ha ido extendiéndose por todo el país.
Este tipo de turismo está viviendo un momento dulce y los expertos señalan que se debe a la dinamicidad del sector turístico y a la búsqueda constante de nuevos productos atractivos para los clientes.
Según Pablo Díaz, profesor de Turismo de los estudios de Economía y Empresa de la UOC, las parejas sin hijos y con dobles ingresos tienen un gasto medio elevado y son un público objetivo interesante para los hoteles “only adults”.
Una tendencia que genera debate
No obstante, esta tendencia ha generado debate, ya que algunos consideran que implica una discriminación hacia las familias con hijos que se ven excluidas de este tipo de establecimientos.
Además, hay quienes argumentan que la discriminación por razón de edad no solo afecta a los menores de edad, sino también a las personas mayores, que podrían sentirse excluidas de hoteles “only adults” por su edad.
El sector turístico niega que estas prácticas sean discriminatorias, sino que las consideran una opción y recuerdan que ningún padre o madre llevaría a sus hijos pequeños a un restaurante con estrellas Michelín. Lo que buscan estos hoteles es promover la tranquilidad.
Incluso, varios hoteles de forma sutil buscan disuadir al público familiar con detalles como no tener un menú infantil disponible en el restaurante o no contar con tronas ni de camas supletorias.
Además, algunos lugares promocionan el descanso total y el bienestar, enfatizando que su establecimiento no es adecuado para niños.
Lo importante es que tanto los establecimientos turísticos como los consumidores estén informados sobre sus derechos y obligaciones para evitar algún tipo de discriminación contra los menores.