la Diada: una conmemoración llena de historia y simbolismo en Cataluña

Cada 11 de septiembre, Cataluña se viste de fiesta para celebrar la Diada, un día lleno de simbolismo y reivindicación. Esta fecha marcada en el calendario catalán recuerda la caída de Barcelona en 1714 ante las fuerzas borbónicas. Sin embargo, es mucho más que un sencillo recordatorio de una antigua guerra. Es un día que evoca reflexiones y peleas resurgentes sobre identidad, autonomía y libertad del pueblo catalán.

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Los orígenes del 11 de septiembre

La historia de la Diada se remonta al 11 de septiembre de 1714, cuando después de 14 meses de sitiados por las fuerzas borbónicas, la ciudad de Barcelona cedió ante las tropas del Duque de Berwick. Esta derrota significó la eliminación de instituciones catalanas mediante el Decreto de Nueva Planta en 1716. Durante casi dos siglos, esta fecha no formó parte de las celebraciones populares, hasta que en 1886, un grupo católico recordó a los caídos del conflicto en una misa en la Parroquia de Santa María del Mar. Desde aquel acto solemne, la efeméride comenzó a tomar forma y adquirió finalmente el cariz patriótico y de resistencia que posee actualmente.

La evolución de la Diada en el siglo XX

El impacto del 11 de septiembre empezaba a cimentarse cuando, a finales del siglo XIX, comenzaron a realizarse homenajes en honor al líder local de la época, Rafael Casanova. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando la Diada adquirió notoriedad y relevancia, especialmente durante la Segunda República Española. En 1931, esta fecha cobró fuerza reivindicativa y de reafirmación de libertades, simbolizando el anhelo por recuperar la autonomía que una vez tuvo Cataluña.

Con la llegada del franquismo, este acto quedó nuevamente prohibido, pero no diluyó su importancia. Más bien lo contrario. El simbolismo de la Diada se reforzó, transformándose en un faro de resistencia cultural y política que, tras la muerte de Franco, recuperó su lugar en la esfera pública. En 1980, el Parlamento de Cataluña proclamó el 11 de septiembre como la Fiesta Nacional catalana, consolidando su lugar en el corazón e identidad de los catalanes.

Los actos de la Diada hoy en día

Actualmente, la Diada no es solo una reflexiva celebración, sino también una plataforma para expresarse y reivindicar derechos. Las ofrendas florales en los monumentos dedicados a Rafael Casanova y Josep Moragues son tradición, y no pueden faltar los actos en el Fossar de les Moreres. Este lugar se ha convertido en símbolo del sacrificio por las libertades catalanas, donde los defensores caídos en 1714 fueron enterrados.

Además de los actos formales e institucionales, también predominan las manifestaciones de carácter reivindicativo. Es común ver a ciudadanos catalanes colgando banderas como la “senyera” o la “estelada” en sus balcones, mientras el himno de Cataluña, “Els Segadors”, suena en las calles. Conciertos, discursos y concentraciones también forman parte de esta jornada donde se mezclan el arte, la política, y el recuerdo histórico.

El porqué de una fecha tan simbólica

La elección del 11 de septiembre como fiesta nacional no fue una decisión al azar. Aunque hubo debate en su momento sobre si Sant Jordi debería ser el día destacado en el calendario catalán, vencer las heridas de la derrota y el llamado a no olvidar el sufrimiento pasado aportaron peso y resonancia.

En definitiva, la Diada encarna un espíritu y una narrativa que une tradición y modernidad, resistencia y reivindicación. Resulta un testimonio del pasado doloroso, pero también del deseo inamovible de perpetuar una identidad cultural única. Cada año, las calles vibran con el eco de historias pasadas que siguen tan vivas, y los catalanes mantienen la memoria de aquellos que dijeron “no” a someterse, celebrando no solo el recuerdo de una victoria perdida, sino el triunfo de una cultura y su gente.