La dulce senda de Carrer de Petritxol: mucho más que chocolate

Un rincón con historia

En el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, se encuentra Carrer de Petritxol, un callejón estrecho repleto de historia, encanto y un aroma inconfundible a chocolate caliente. Esta calle es conocida por todos los barceloneses, no por los monumentos, sino por los deliciosos manjares que se pueden encontrar en sus tradicionales granjas. Esta calle fue una de las primeras en convertirse en peatonal en Barcelona, un paso lógico considerando su estrechez de apenas 3 metros de ancho.

Carrer de Petritxol 1

El misterio detrás de su nombre

Por años, el nombre Petritxol ha generado especulación. Algunos dicen que proviene del apellido de una familia que vivía en la zona. Otros sugieren una conexión con el término catalán “poyal”, referida a las piedras que frenaban el paso de las carrozas. Aunque su origen exacto sigue siendo un misterio, lo que no se puede discutir es la tradición dulce que se encuentra en cada esquina de esta encantadora calle.

Las icónicas granjas: Pallaresa y Dulcinea

Pallaresa, una experiencia única

En el número 11 se encuentra Granja La Pallaresa, famosa por su chocolate caliente y postres tradicionales. Esta granja, que alguna vez fue una lechería, ahora sirve delicias tradicionales como crema catalana, y el “suizo”, un chocolate caliente coronado con nata. Pero lo que realmente distingue a Pallaresa es su “menjar blanc”, un postre medieval hecho de almendras, canela y limón.

Dulcinea, un rincón con historia

Al otro lado, en el número 2, la Granja Dulcinea invita a los transeúntes con su calidez y aroma a churros recién hechos. Una vez allí, también se puede disfrutar del mismo chocolate caliente que encantó a personajes icónicos como Salvador Dalí. Dulcinea no es solo un punto de encuentro para los amantes del dulce, sino también un lugar donde se respira historia, un lugar donde arte y cultura se han cruzado con el placer del chocolate.

Carrer de Petritxo

Más allá del chocolate: un paseo cultural

Aunque Carrer de Petritxol es conocida principalmente por sus granjas, también tiene una oferta cultural notable. Por ejemplo, en el número 5, se encuentra Sala Parés, la galería de arte más antigua de Barcelona. Artistas como Pablo Picasso exhibieron aquí, dejando una huella que se puede sentir aún hoy.

Riqueza arquitectónica y cultural

A lo largo de la calle, uno puede admirar numerosos detalles arquitectónicos que reflejan siglos de historia. Las porcelanas decorativas, las vidrieras de las tiendas y las placas conmemorativas en las paredes son un testimonio vivo de la profunda conexión de Petritxol con el pasado cultural de la ciudad. Además, en la actualidad, varias galerías emergentes han escogido esta calle para mostrar sus obras contemporáneas.

Carrer de Petritxo

Petritxol, más que una calle, un destino

Si bien su reputación la precede como la Calle del Chocolate, Petritxol ofrece mucho más. Es un destino turístico que fusiona lo antiguo con lo moderno, lo dulce con lo cultural. Recorrer sus pocos metros de largo se convierte en una experiencia multisensorial, donde el arte y la gastronomía se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable para locales y turistas por igual.

Así, quien visite Barcelona y pasee por Carrer de Petritxol, no solo saboreará el mejor chocolate caliente de la ciudad, sino que también caminará entre susurros de la historia catalana, viviendo una experiencia que mucho más que llenar el paladar, complace el alma.

Donde esta Carrer de Petritxol