Después de 42 años de historia, la icónica sala Sidecar de Barcelona cerró sus puertas para siempre el 31 de enero de 2024, con una última actuación a cargo de Los Rebeldes, acompañados por el líder de Los Enemigos, Josele Santiago, y el grupo Sidone.
Este evento marcó el fin de una era para esta emblemática discoteca, que ha sido un punto de referencia en la escena musical de la ciudad durante décadas.
La sala Sidecar, situada en la plaza Reial del Gòtic, abrió sus puertas el 13 de noviembre de 1982 bajo la dirección de Roberto Tierz. Sin embargo, el pasado diciembre, Tierz anunció el cierre del local y el traspaso de propiedad a los responsables del bar Sauvage del Born.
Este cambio de propiedad ha generado cierta incertidumbre en el sector musical, ya que algunos temen que los nuevos dueños no mantengan el espíritu original de la sala Sidecar.
Desde su fundación, la sala Sidecar ha sido un lugar emblemático en la vida nocturna de Barcelona.
Surgió como una alternativa contracultural en pleno auge del movimiento underground y ha sido testigo de la evolución y diversidad del panorama musical de la ciudad. Junto a otros locales como el Jamboree, configuraba una de las zonas de ocio nocturno más conocidas de Barcelona.
Discoteca Sidecar cerró sus puertas en Barcelona
El traspaso de propiedad se llevó a cabo el 1 de febrero de 2024, cuando los nuevos dueños asumieron el control del local. Aunque se espera que mantengan los conciertos, el personal y la programación, el cierre de la sala Sidecar marca el fin de una era para la escena musical de Barcelona.
Roberto Tierz, el dueño de la sala Sidecar, ha expresado su gratitud hacia todos los que han apoyado el local a lo largo de los años. En un comunicado, Tierz afirmó que «a pesar de todas las dificultades, Sidecar ha mantenido un local en el centro de la ciudad, abierto a todos y especialmente a los barceloneses».
El equipo habitual continuó trabajando en la sala hasta que cerró definitivamente. El cierre se hizo con eventos de despedida para celebrar el legado de la sala Sidecar y darle un adiós como se merece por su legado y su historia.
El local con sus 42 años de tradición, abrió “por amor a la música y un espíritu rebelde e inconformista, y se ha mantenido a lo largo del tiempo sin perder su esencia”, expresó Roberto.
Tierz afirmó que “aunque la sala presentó diferentes dificultades enfrentada por Sidecar, se mantuvo abierta hasta ahora en sulocal del centro de la ciudad. Un local que era el sitio favorito de los barceloneses”.
A partir del pasado 31 de enero, la sala pasó a ser gestionada y administrada por los responsables del club Sauvage (Pg. del Born, 13, Ciutat Vella, 08003).