Calidad interpretativa
Esta agrupación coral de la catedral barcelonesa y de la Sagrada Familia, una formación que se manifiesta por la calidad interpretativa. Esto es posible gracias a la excelencia individual de los miembros, al carisma y sabiduría de Biosca. Quienes tienen un sentido responsable y del equipo de los cantores que lo integran.
Además, si a esto se le suma las intervenciones casuales de los solistas de voces como la de mezzosoprano Eulàlia Fantova, la cuadratura del círculo se hace más que evidente. Este concierto en el Petit Palau se confirmó nuevamente, el cual viene con un programa inteligente y exigente. Esto debido a las dificultades de algunas páginas interpretadas.
Apuesta por la música de los siglos XX y XXI
La elección del repertorio fue una elección y en una postura por música de los siglos XX y XXI, esto desde las Flower songs de Britten hasta In the beginning de Aaron Copland, los dos para abrir un concierto partiendo de un argumento anglosajón. Esto a partir de tres piezas de artistas nostrats, vivos en activo y presentes en los conciertos: Mariona Vila, Albert Guinovart y Bernat Vivancos (autor de Amicus míos).
Óptima salud coral del país: Comunión entre público e intérpretes
Estas piezas de Britten van más allá del tono sacro del resto del programa, un concierto que permitió una comunión total entre el público e intérpretes. Esto permitió que finalmente con orgullo la velada tuviera una formación de calidad artística. Además, contribuye con lo que se decía al principio, con respecto al material coral, es un país que tiene una gran salud.
Interpretaciones solistas de alto nivel
Por supuesto, los solistas destacados no solo eran instrumentales, sino también talentosos cantantes solistas. Se le unieron al coro en varios momentos del concierto, ofreciendo interpretaciones solistas y colaborativas de alto nivel.
Mezcla de voz de ángel y virtuosismo
La combinación de voz de ángel y virtuosismo instrumental creó momentos de pura magia de la música que no sólo fueron aclamados con entusiasmo por los espectadores, pero también los sumió en un reverente silencio en su belleza.
Para muchos, este concierto fue más que una simple experiencia musical; fue un recordatorio del poder de transformación y consolidación de la música en un momento de belleza compartida. Al terminar el concierto la multitud rugió literalmente de pie, aplaudiendo para demostrar su afecto al Coro Francesc Valls por una experiencia coral inolvidable.
