La última gran creación de Steve Jobs, una creación que ni siquiera llegó a verlo navegando, ha atracado recientemente en el Puerto de Barcelona.
En 2007 a Steve Jobs le diagnosticaron cáncer. Esta maldita enfermedad del siglo XXI que finalmente fue la causante de su muerte.
Al enterarse de su enfermedad, Jobs tomo dos decisiones importantes en su vida. La primera, drástica, fue renunciar a la medicina tradicional. La segunda decisión, no por ello menos importante en ese punto de su vida, fue pasar más tiempo con su familia. De lo que derivó crear un yate.
Así, el genio de Apple mandó a construir un barco muy del estilo de los dispositivos minimalistas que llevaron a la marca de la manzana al top de la tecnología.
Y, como no podía ser de otra forma, en la cabina de mando de su última creación Jobs apostó por 7 iMacs.
Venus, así se llama el yate, cuenta con más de 78 metros de eslora que Jobs no pudo disfrutar porque, según cuentan, el plazo de finalización del yate se alargó porque no lograba satisfacer los niveles de perfección que Jobs requería.
En 2011, Steve Jobs dice adiós. Y no fue hasta un años después que el barco cuando las llaves fueron entregadas a su propietario…
Una joya de diseño que costó cien millones de euros pulir y cuenta con una tripulación de catorce marineros y matrícula de Islas Caimán (por eso de las ventajas fiscales) ha regresado a Barcelona; y decimos que ha regresado porque hace unos 4 años ya estuvo el yate de Steve Jobs en la Ciudad Condal. Y, para los más curiosos o los muy fans de la marca de la manzanita, permanecerá en el Puerto de Barcelona hasta finales de septiembre. Así que, un paseo por el puerto y admirar esta obra, se nos antoja un buen plan, ¿te animas?