No hay modernidad sin una buena tradición. Y Barcelona, antes de ser la ciudad moderna y cosmopolita que hoy conoces, fue un lugar tradicional.
Cierto es que hoy asumimos lo internacional como propio y las líneas entre lo propio y lo mestizo se difuminan, he ahí la esencia y magia de la actual Barcelona. Pero, asombrosa y afortunadamente, quedan lugares «de los de antes» que no han desaparecido, que han sabido adaptarse y evolucionar con el tiempo, conservando el encanto de lo tradicional. Y esos son los lugares que vamos a recorrer contigo hoy: los bares más antiguos de Barcelona.
TOP 3 de los bares más antiguos de Barcelona
Can Culleretes
Ubicación: Carrer d´en Quintana, 5
Este es el bar más antiguo de Barcelona y el segundo más antiguo del país. Historia tiene… ¡y mucha!
En sus inicios fue una crémerie donde se vendían natillas, chocolate y horchata; pero a principios del siglo XX evolucionó, convirtiéndose en un restaurante… Dese ese momento cambiaron las natillas por una cocina elaborada con cariño y una clara prioridad: ofrecer a los clientes una cocina catalana exquisita y de calidad.
Este restaurante ha recibido a personajes de la talla de Arantxa Sánchez Vicario o Plácido Domingo, entre otros.
Los caracoles
Ubicación: carrer del Escudellers, 14
Abrió sus puertas en 1835 y, desde entonces, no ha perdido su esencia. Sí, el plato estrella de este local son los caracoles, pero además está especializado en platos típicos de la gastronomía catalana.
Parece que todos nuestros bares más antiguos han acogido a grandes personalidades, en el caso de Los Caracoles, tan conocidos como Robert de Niro, Joan Miró, Gala o el diseñador Giorgio Armani.
7 portes
Ubicación: Passeig Isabel II, 14
Este restaurante abrió sus puertas en 1836 y allí se cocinó la primera muestra de arroz parrellada que hoy en día es un plato típico de la cocina catalana.
Este lugar fue, además, el punto de encuentro de infinidad de artistas e intelectuales, no solo del panorama nacional, sino también internacional. Federico García Lorca, Salvador Dalí, Miró y hasta el Che Guevara pasaron por este mítico restaurante que aún continúa abierto para recordarnos parte de la historia de nuestra ciudad.