Si hablamos de altura, Barcelona, a pesar de que en los últimos tiempos han ido apareciendo en la ciudad grandes edificios, en este sentido sigue siendo muy discreta, sobre todo si la comparamos con otras grandes ciudades que albergan megaarquitecturas. Sin embargo, Barcelona también cuenta con sus propios rascacielos.
El primer rascacielos que apareció en la ciudad es el edificio Fábregas, que cuenta con 15 plantas y fue diseñado por Luis Gutiérrez Soto. Después se crearon algunos más; sin embargo, son muy pocos los edificios que en la capital catalana superan los 100 metros de altura. Y de momento, custodiando el Port Olimpic, la Torre Mapfre y el Hotel Arts Barcelona, continúan siendo los más altos, con unos 154 metros de altura. En el tercer puesto en cuanto a altura se encuentra la famosa Torre Agbar de Barcelona que cuenta con unos 144 metros de altura. Y le sigue la Torre de Telefónica con sus 110 metros de altura. Pero para destacar no es necesaria una gran altura, buena muestra de ello es el edificio del Hotel Porta Fira de Barcelona, que el pasado 2010 fue galardonado con el premio Arquitectura Emporis Skyscraper Award 2010 como mejor rascacielos del mundo.
Parece ser que los límites de la ciudad en cuanto a altura los estableció en su día el arquitecto catalán Antoni Gaudí, tan presente en cada rincón de Barcelona. Cuenta la leyenda que ningún edificio de la ciudad condal debe superar los 172 metros de altura que alcanzará la parte más alta de la más genial de las obras de Gaudí, la Sagrada Familia.