Los taxis son una parte esencial de la vida urbana en las ciudades del mundo y Barcelona no es una excepción. Sin embargo, lo que distingue a los taxis de Barcelona es su característico color negro y amarillo.
Este distintivo se reconoce de inmediato tanto para los residentes locales como para los visitantes. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué son de este color en lugar de blanco, como la mayoría de las ciudades de España?
El origen de los colores negro y amarillo en los taxis de BCN
La historia comenzó en 1920. En ese momento, el Ayuntamiento de la ciudad tomó la decisión de regular la industria de los taxis y establecer un sistema de licencias para los conductores.
Como parte de esta regulación, se implementó un código de colores para los vehículos de alquiler con conductor, que variaba según el precio por kilómetro recorrido.
En este sistema de tarifas, el servicio más económico estaba representado por los vehículos con una línea blanca, seguidos por los de línea roja, luego los de línea amarilla y finalmente, los de línea azul, que eran los taxis más caros de todos.
Estos colores se asociaban directamente con las tarifas que se aplicaban a los pasajeros, lo que permitía una fácil identificación de los costos para los usuarios.
Sin embargo, en sus primeros días, los taxis no eran de color negro, pero sí se introdujo el concepto de líneas de colores. No fue hasta el año 1929 que se reveló el verdadero origen del color negro en los taxis de Barcelona.
En ese momento, estalló un fuerte conflicto debido a la competencia existente entre varias compañías de taxis que ofrecían diferentes tarifas. Fue en este contexto que el Ayuntamiento decidió establecer un precio único para todos los taxis, y ese precio correspondía a los vehículos con una franja amarilla.
La franja amarilla como símbolo de tarifas únicas
La elección del color amarillo como símbolo de tarifas únicas fue una medida eficaz para poner fin a la confusión de las tarifas y proporcionar una experiencia más consistente para los pasajeros.
El color amarillo se convirtió en un distintivo de los taxis de Barcelona y se implementó como una forma de garantizar que todos los viajes tuvieran un precio justo y uniforme.
Pero, ¿qué sucedió con el color negro? En la década de 1920. Los taxis comenzaron a pintarse de negro junto con la franja amarilla, creando así la combinación icónica que conocemos hoy.
El color negro se sumó a la franja amarilla para darle a los taxis de Barcelona un toque de distinción y elegancia.
Hoy en día, los taxis negros y amarillos son un símbolo reconocible en las calles de Barcelona como una parte esencial del sistema de transporte de la ciudad.