Aunque el ayuntamiento inició el año pasado un servicio de baño asistido para personas con movilidad reducida, este año el proceso de contratación para adjudicar las tareas ha quedado desierto.
Y resulta inquietante, porque la accesibilidad en las playas para personas con discapacidad sigue siendo un tema pendiente en Barcelona.
Por lo tanto y por al menos unos dos meses, las personas con discapacidad se quedarán sin playa en la ciudad.
No hay monitores para baño asistido
Por ahora, la temporada de baño empieza en la ciudad sin monitores para auxiliar a que las personas con movilidad reducida puedan acceder al agua.
Aunque se espera que se resuelva un procedimiento de urgencia para arreglar la situación, la resolución podría demorarse “de ocho a 10 semanas”.
Hasta el momento, el servicio de baño asistido brindado por monitores ha sido de alta demanda. Ha logrado ayudar a 7.813 personas con problemas de movilidad a entrar en el mar en 2022.
Esta cifra fue mayor el año pasado frente a los 5.266 atendidos en 2019, antes de la pandemia.
Aunque el ayuntamiento avanzó la fecha del inicio del servicio para responder a las críticas por discriminación, solo se presta durante dos meses menos que el servicio de socorrismo.
Con ello, no habrá servicio durante todo el período en que la costa recibe a bañistas en masa durante primavera y verano.
La plataforma Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona se reunió con técnicos del consistorio para abordar el tema, pero sin concejales presentes.
Y el Ayuntamiento trató de implementar soluciones de último momento.
Sin embargo, esto no garantiza que los módulos con los cambiadores adaptados a personas con discapacidad se instalen a tiempo para la temporada de baño que inicia a finales de mayo.
Las dificultades de accebilidad en las playas
El problema de la accesibilidad a las playas no sólo se da en Barcelona, sino en muchos otros lugares del mundo.
En muchos lugares las personas con discapacidad siguen teniendo dificultades para disfrutar del mar.
No hay monitores para baño asistido en playas de personas con discapacidad en muchas partes del mundo, lo que limita su acceso al agua y a la playa.
La accesibilidad a las playas es un derecho de todas las personas que debe ser garantizado sin importar las limitaciones físicas.
Para ello se requiere garantizar la accesibilidad instalando rampas, cambiadores y otros elementos que permitan el acceso a todas las personas con discapacidad.
Hasta el año 2019, las playas de Nova Icària, Barceloneta, Llevant y Fòrum contaban con barracas, pérgolas y rampas que facilitaban el baño para personas con discapacidad.
Sin embargo, debido a la pandemia, una de las zonas acondicionadas se perdió y aún no ha sido recuperada.
Los usuarios demandan que se habiliten más puntos de atención.