En medio de la adversidad y el sufrimiento, una chispa de esperanza ilumina los corazones de los más vulnerables: los niños que enfrentan conflictos armados, guerras y desastres naturales. Esta luz se llama ‘Payasos sin Fronteras’, una organización no gubernamental que ha estado llevando risas, alegría y esperanza a niños de todo el mundo desde su humilde comienzo en Barcelona.
La historia de ‘Payasos sin Fronteras’ se remonta a 1992, cuando un grupo de alumnos de la escuela Projecte de Barcelona tuvo la visión de llevar espectáculos circenses a los campos de refugiados de la antigua Yugoslavia.
Invitaron a Tortell Poltrona, un payaso profesional, a unirse a esta noble causa. Este gesto altruista marcó el nacimiento de una iniciativa que ha crecido y se ha expandido por todo el mundo.
Hoy en día, ‘Payasos sin Fronteras’ opera en 15 países, coordinando las acciones de organizaciones de payasos locales para llevar su magia a niños que enfrentan situaciones difíciles. Su misión es clara: mejorar la situación emocional de la infancia a través del humor blanco y transformador.
Payasos sin Fronteras: una ONG que integra las risas en el mundo
Tortell Poltrona, presidente y fundador de la iniciativa, explica que, a lo largo de 30 años y 500 expediciones, han recibido una respuesta que confirma que su labor tiene un impacto positivo.
La elección del circo como lenguaje universal no es casual. Poltrona destaca que el circo es un arte que cuestiona el sentido común y hace posible lo que parece imposible. En este contexto, ‘Payasos sin Fronteras’ utiliza el humor como una herramienta transformadora, rechazando la comicidad agresiva y provocativa.
La fuerza de ‘Payasos sin Fronteras’ va más allá de hacer reír; construye puentes entre pueblos enfrentados. La organización ha logrado conectar a niños de diferentes realidades, como los de Kibutz y Gaza, a través de intercambios de dibujos.
Este impacto positivo desafía la noción de que la paz es utópica, demostrando que los niños pueden superar las barreras impuestas por los adultos.
Alianza estratégica
En 2017, ‘Payasos sin Fronteras’ se asoció con la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona para evaluar el impacto de sus acciones a favor de los niños refugiados de Siria.
Los resultados revelaron un efecto medible en el estado emocional, la sintomatología depresiva relacionada con el estrés postraumático y la conflictividad conductual de los niños y niñas.
Los payasos trabajan con las emociones humanas, y los niños son receptivos a estas expresiones emocionales. Según Poltrona, para ser payaso es necesario ser un poco pequeño, y tal vez por eso, en ‘Payasos sin Fronteras’, se consideran un grupo de personas naíf.
Su circo transcultural demuestra que a través de la risa y la empatía, podemos construir un mundo más unido y compasivo.