Los supermercados y cocinas fantasma serán cerrados en Barcelona. En definitiva quedan prohibidos los negocios de productos o comida que sólo ofrecen servicio a domicilio y no cuentan con espacio físico para atender clientes.
El Gobierno de la alcaldesa Ada Colau presentó ayer la regulación definitiva del plan especial urbanístico de actividades vinculadas al reparto que cuenta con el consenso en los partidos de la oposición.
De esta manera, se prevé que sea aprobado definitivamente en el plenario del próximo 27 de este mes.
Comunes y socialistas rechazan esta actividad económica por la afectación en la economía local y la vida de los barrios.
Prohíben supermercados y cocinas fantasma en Barcelona
Bajo esta perspectiva, por ejemplo, los 21 almacenes de marcas como Glovo o Getir que están funcionando en la ciudad, tendrán que cerrar o reconvertirse en supermercados abiertos al público o en almacenes al por mayor.
Con respecto a las “dark kitchen” o cocinas fantasmas, estarán prohibidas en la capital catalana excepto en la periferia, en el polígono industrial de la Zona Franca.
De esa manera, los restaurantes que hacen comida Delivery en locales de más 200 metros cuadrados, deberán destinar espacio a los repartidores y obtener un permiso especial de funcionamiento.
Así mismo, el plan también contempla normativa para bares y restaurantes que operan en locales de más de 200 metros cuadrados y que preparan comida para llevar.
También tendrán que contar con un permiso especial y destinar un espacio a los repartidores para que puedan tomar un descanso e ir al baño.
Si bien los restaurantes y bares de mayor tamaño tendrán un plazo de dos años para adaptarse, el Gremio de Restauración se pronunció asegurando que “la nueva norma sentencia el Delivery con una norma absurda que condena a la restauración a ser más competitiva”.
Por su parte, Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo, defendió el plan que busca “poner orden a aquellas actividades realizadas en espacios cerrados para reparto a domicilio y que saturan el espacio público”.
Por ello, en las calles de Barcelona no podrán funcionar cocinas ni supermercados fantasma, tampoco almacenes ni cocinas industriales que no estén abiertos al público y cuyos dueños son las grandes multinacionales”.
Sin embargo, la Autoridad Catalana de la Competencia cuestionó el plan de actividades de reparto a domicilio del Gobierno municipal Colau.
Indicó que “impone restricciones injustificadas y consideradas muy graves a la libre competencia y a la actividad económica”. Particularmente afirma que “condiciona y prohíbe el acceso y ejercicio de algunas actividades comerciales”.
En la ciudad las autoridades indican que existen 21 supermercados fantasma. El único distrito que no tiene es Sant Andreu, en los demás hay uno o dos. Donde más se registran es en el Eixample con seis locales y en Sarrià-Sant Gervasi con cuatro.