En una noche llena de magia musical, Raphael, el legendario cantante español, cautivó al público del Palau Sant Jordi con su inconfundible voz y su carismática presencia en el escenario.
El concierto, parte de su gira ‘Victoria’, no solo fue un recorrido por los éxitos de toda una vida, sino también un recordatorio de por qué Raphael sigue siendo un ícono de la música.
El telón se levantó para revelar a Raphael, quien hizo su entrada triunfal en el escenario. El maestro de ceremonias de la noche, vestido con una americana de lamé plateado, irradiaba elegancia y carisma.
El público se puso de pie en un gesto de respeto y admiración.
Raphael deslumbra en el Palau Sant Jordi
El concierto se abrió con el preludio habitual, marcado por la instrumentalización de ‘Yo soy aquel’, interpretada por tres coristas, dos baterías, un pianista, dos guitarras y un bajista.
Luego, como si fuera un dios de la música, Raphael hizo su entrada con una coreografía de luces y una ovación ensordecedora.
La interpretación de ‘La noche’ dejó claro que, a pesar de los años, Raphael mantiene su voz inconfundible, una voz que puede describirse como digna sin recurrir al paternalismo ni a la hipérbole. Con menos vibrato pero sin abusar de la reverb, cautivó al público con su arte.
El punto culminante del concierto fue la presentación del primer sencillo de su nuevo álbum ‘Victoria’, titulado ‘De tanta gente’. El público, compuesto por unas 6.000 personas que llenaron el Sant Jordi en formato anfiteatro, ya se sabía la canción de memoria.
La actuación fue un derroche de energía, con Raphael cambiando entre éxitos bailables, incluyendo versiones de su álbum ‘Resinphónico’, como ‘Digan lo que digan’ y ‘Mi gran noche’.
El homenaje a sus clásicos no se detuvo ahí. Raphael regaló al público un viaje por su extenso repertorio, interpretando éxitos como ‘Provocación’, ‘A punto de besarte’ y ‘Como yo te amo’.
La versatilidad del artista se hizo evidente al tocar desde baladas emotivas hasta canciones más animadas, todo mientras mantenía a la audiencia cautiva.
Raphael siempre en el corazón de su público
El cariño del público hacia Raphael fue palpable, con momentos emotivos que hicieron que algunos derramaran lágrimas de nostalgia y felicidad.
En particular, canciones de su último disco, como ‘Lo saben mis zapatos’, compuesta por Pablo López, resonaron con la audiencia, creando una conexión única entre el artista y sus seguidores.
El concierto culminó de manera espectacular con Raphael, a sus 80 años, interpretando a capella y sin micrófono ‘A que no te vas’. El público, agradecido y eufórico, no dejó que el artista se fuera sin un merecido reconocimiento.
Este fue más que un concierto. Fue un testimonio de la atemporalidad de Raphael y la devoción de sus seguidores.