Una terraza de alquiler para fiestas preocupa a los vecinos de la calle Enamorats

En los últimos dos años, los residentes del número 113 de la calle Enamorats, en Sant Martí, han vivido con emotividad la aproximación del fin de semana, pero en realidad, con ansiedad. Justo frente a su edificio, en el 116 de Enamorats, se encuentra un edificio más bajo con una terraza disponible para eventos. Estos habitantes han denunciado que las festividades que allí se realizan a menudo se extienden desde la tarde hasta altas horas de la madrugada, generando ruido que perturba a los del número 113 y afecta el sueño de los niños. Incluso, otros residentes de distintos edificios comparten su preocupación, resaltando que el ruido es más intenso en los pisos superiores y menos perceptible desde la calle.

114 C. dels Enamorats - Google MapsLa inquietud ante el fin de semana ha llevado a algunos a revisar la página web al inicio de la semana para conocer la disponibilidad de la terraza en los próximos viernes, sábados y domingos. Si está ocupada, optan por salir de Barcelona para evitar el bullicio. Contrariamente, el dueño de la terraza, que mantiene su identidad en secreto, afirma que ha habido pocas festividades recientes y que terminan a las 22:00, sin haber recibido multas por ruido, salvo una ocasión en 2019. Asegura que está autorizado para alquilar la terraza según el contrato con el propietario.

El inicio de los problemas se dio tras la relajación de las restricciones pandémicas. El arrendatario defiende que comenzó a alquilar la terraza hace cuatro años, mientras que la página de alquiler de espacios para eventos, HolaPlace, muestra 51 eventos en su terraza, pero los vecinos aseguran que la frecuencia es mayor.

El desencadenante del conflicto se remonta a la festividad de Sant Joan de 2021, cuando una fiesta con música a alto volumen y mucha gente se extendió hasta altas horas de la madrugada. Según los residentes, el piso debajo de la terraza se alquila como alojamiento turístico, pero el arrendatario lo niega, afirmando que reside allí. También discrepa en cuanto a la duración de las fiestas, pese a que la página web establece un horario de cierre a las 22:00.

Preocupados, los vecinos consultaron al Archivo Municipal de Sant Martí, pero no encontraron licencia de actividad relacionada al número 116. Sin embargo, el arrendatario alega que no está violando ninguna normativa y que no existe regulación para el alquiler de ese espacio. La plataforma HolaPlace indica que las denuncias deberían ser por otro motivo, no por el alquiler en sí.

Los vecinos presentaron quejas en la Oficina de Atención Ciudadana (OAC) de Sant Martí por el ruido de la terraza. Sin embargo, la queja fue archivada al descubrir otra denuncia por uso ilegal de la propiedad. En julio, el administrador del edificio presentó una nueva queja solicitando una inspección en el 116.

La intervención municipal está pendiente debido a que los responsables están de vacaciones. El caso también ha llegado al Síndic de Greuges de Barcelona, y se espera una decisión tras el periodo de descanso.

El arrendatario sostiene que no incumple ninguna norma y que los ingresos obtenidos por el alquiler no son altos, destinándolos a complementar su pensión de invalidez. A lo largo de los años, ha recibido visitas de la Guardia Urbana, pero solo fue multado una vez.

En resumen, el conflicto enfrenta a los vecinos preocupados por el ruido de las fiestas y al arrendatario que asegura tener derecho a organizarlas para cubrir gastos.