145 metros sobre la superficie se alza uno de los rascacielos más importantes de la ciudad, la Torre Agbar, con sus 34 plantas a las que suma 4 subterráneas. Solo el Hotel Arts y la Torre Mapfre, son más altos que este edificio.
Pero no es tanto su altura como sus singulares luces y su disseño, lo que lo hacen único e inconfundible.
La Torre Agbar, obra del arquitecto francés Jean Nouvel, fue inaugurada en septiembre de 2005, tras 6 años de obras. Hoy, 10 años después, es un símbolo de la ciudad.
Si algo destaca de esta espectacular obra arquitectónica es su forma cónica y ovoidal, muy polémica antes de ser construida y rechazada por muchos barceloneses. El arquitecto francés asegura haberse inspirado al diseñarla en la arquitectura del gran Gaudí y las peculiares montañas de Montserrat, además del Hotel Attraction de Nueva York, que no llegó a construirse.
Pero la Torre no sería lo mismo sin su espectacular iluminación nocturna. Son más de 4.500 dispositivos de iluminación LED que envuelven la torre proyectando sobre su superficie mas de 16 millones de colores y haciendo del edificio un auténtico espectáculo que se torna mágico.
A pesar de lo espectacular de su iluminación, está diseñada para optimizar el consumo eléctrico, no sólo ella parte exterior, sino que el sistema es capaz de detectar cuando las oficinas están o no ocupadas, ahorrando así energía en luz y calefacción.
Además, cuenta con placas solares que acumulan energía solar que posteriormente se emplea en el consumo del edificio.
Por todas estas medidas sostenibles, la Comisión Europea concedió a la Torre Agbar en el año 2011 el título de Edificio Verde.
En 2013, la compañía hotelera Hyatt, compró la Torre Agbar a su anterior dueño, el grupo multinacional Agbar, que compró el edificio en 2010 a su anterior propietario. En breve, veremos a la Torre Agbar convertida en un hotel de lujo.
Pero mientras esperamos la oportunidad de poder alojarnos en ella, podemos contemplarla en todo su esplendor desde diversos puntos de la ciudad, alzándose imponente y convirtiéndose en mágica todas las noches.