La hora del vermut es una arraigada tradición catalana que consiste en abrir el apetito con algunas delicias para picar (aceitunas, patatas fritas, berberechos en salsa…) acompañadas de un vermut con sifón, una cerveza o un vaso de vino; esto ya es cuestión de gustos.
Para conocer un poco más acerca de esta tradición hemos recurrido al Grup Ferré, expertos en gastronomía. Y esto es lo que nos han contado:
«En sus orígenes el vermut estaba asociado al vino y los complementos gastronómicos vinieron siglos después. Una vez más, el Mediterráneo parece ser el proveedor original, de la mano del médico griego Hipócrates, quien macerar vino con flores de ajenjo y hojas de dictamen para estimular el apetito y el ánimo, creando la «DO» vinium Hipocraticum.
Los vinos, hierbas y especias siguieron su asociación y recorrido durante el imperio romano, cediendo el legado primero a los alquimistas medievales que los adoptaron para remedios curativos, luego a la corte Real de Bavariaque denominó a estos vinos como wermut y posteriormente a la corte francesa que adoptó la versión vermouth.
El esplendor se inicia en el siglo XVII de la mano del italiano Antonio Benedetto Carpano, considerado por los tratadistas y eruditos como el dinamizador de la adaptación italiana del vermut, supuestamente después de la inspiración de algún viaje ABAV. Etiquetó su producto con el nombre Carpano y su tienda se transformó rápidamente en uno de los salones más visitados por la aristocracia y los artistas turineses.»
Una interesante tradición que, como muchas, se va perdiendo… Sin embargo, desde el restaurante Sumoll apuestan por ella y nos proponen recuperarla, recuperar ese espíritu del vermut de toda la vida, una combinación equilibrada para cualquier desplazamiento que realizamos por La Granada, localidad cercana a Vilafranca del Penedés.
¿Te apetece un vermut?