Cataluña es el hogar de una de las rutas más sorprendentes y hermosas, ricas en historia y belleza natural. Una de ellas incluye las ermitas románicas que se esconden en medio de un paisaje volcánico.
Este viaje te llevará a través de un paraje que combina la tranquilidad bucólica con un toque de misterio y un toque especial de belleza gracias a su origen volcánico.
Se trata de la comarca de La Garrotxa, situada en Girona, es una de las joyas más especiales de Cataluña. Lo que hace que esta región sea aún más excepcional es su origen volcánico, que se manifiesta en el impresionante Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
Descubre el encanto de las ermitas románicas en el paraje volcánico de Cataluña
Adentrarse en este paraje volcánico es como adentrarse en otro mundo. Aquí, entre la densa vegetación del bosque, se encuentran dos tesoros arquitectónicos que parecen sacados de un cuento de hadas: las ermitas de San Miguel y Sant Martí del Corb.
La ruta que te llevará a estas ermitas románicas tiene un nivel de dificultad medio-alto y una longitud de aproximadamente nueve kilómetros. Esta caminata te permitirá explorar el esplendor de la Garrotxa.
La duración estimada para completar el recorrido es de unas cuatro horas y presenta un desnivel acumulado de 658 metros. La primavera y el otoño ofrecen un paisaje especialmente hermoso.
El sendero hacia las ermitas románicas
El punto de inicio es la localidad de Les Preses. Aquí, pasarás por su Plaza Mayor y su piscina antes de adentrarte en un frondoso robledal.
El primer punto de interés en tu camino es el coll del Volcà del Racó, ubicado a 610 metros de altitud. Aquí se encuentra el cráter de un antiguo volcán, el Racó, que ofrece vistas del vall d’en Bas.
Después de dejar atrás el cráter, el sendero te llevará a través de un magnífico hayedo que te acompañará hasta tu primera parada importante: la ermita de Sant Miquel del Corb. Esta construcción de origen románico se encuentra en medio de un claro, al pie de la vertiente norte del Puig Rodó.
En el siglo XVIII, la ermita experimentó una profunda restauración que resaltó su porche y su campanario. Este lugar es el punto culminante de una parte del viaje.
Siguiendo el camino, llegarás al mas de l’Antiga, una imponente masía con una leyenda intrigante: se dice que una sima conectaba directamente el Puig Rodó con esta masía. Y finalmente llegarás a la segunda ermita, la Sant Martí del Corb.
Al igual que su compañera, esta ermita es de origen románico y presenta una sola nave con un ábside semicircular. Lo que hace que esta ermita sea aún más especial es que está en medio del bosque de hayas.