La Vila de Gràcia, uno de los barrios más icónicos de Barcelona, se prepara para una transformación urbana que va mucho más allá de una simple intervención arquitectónica. En un rincón de este vibrante barrio, las antiguas Casetes d’Encarnació, en la intersección con Manrique de Lara, están a punto de renacer bajo el lema «La plaça del Quercus». Este proyecto ganador, presentado por la UTE de arquitectes IMAHB Encarnació, trae consigo un cambio que no solo respeta el pasado, sino que también apunta hacia un futuro más sostenible y habitable para los residentes.
Un espacio renovado para la comunidad
El corazón de este proyecto es la creación de una nueva plaza pública que rodeará la histórica alzina bicentenaria. Este árbol no solo ha sido testigo del paso del tiempo, sino que ahora se convertirá en el centro de un espacio más amplio y accesible, libre de los muros que hasta ahora han cerrado el jardín de la Alzina. Con esta propuesta, la emblemática alzina ganará en visibilidad y centralidad, integrándose a la perfección en la red de plazas de Gràcia que incluyen Virreina y Diamant.
La plaza no solo será un lugar para el disfrute, sino que también permitirá una mayor conexión dentro del barrio, creando un nuevo itinerario de paso entre Montmany y Manrique de Lara. La configuración del espacio ha sido cuidadosamente diseñada: una plaza rectangular que, por su lado largo, dará a Manrique de Lara y, por el corto, a Encarnació. Esta disposición no es casualidad, ya que busca proteger las raíces de la alzina bicentenaria, uno de los elementos naturales más importantes de la zona.
Un diseño sostenible y consciente
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es su enfoque en la sostenibilidad. El pavimento de la plaza será 100% drenable, lo que permitirá la infiltración de las aguas pluviales, algo vital en una ciudad que debe enfrentar los desafíos del cambio climático. Además, se mantendrán los árboles existentes y se plantarán nuevas especies autóctonas que no requieren riego adicional, utilizando un sistema de xerojardinería.
La incorporación de tecnologías para la captación y filtración del agua es otro punto clave del proyecto. La plaza y el jardín resultante no dependerán de agua externa para su mantenimiento, lo que supone una importante contribución a la sostenibilidad ambiental en un entorno urbano densamente poblado.
Viviendas accesibles y funcionales
Además de la plaza, el proyecto también incluye la construcción de un nuevo edificio que albergará 15 viviendas públicas dotacionales y un centro para personas mayores en la planta baja. Este nuevo inmueble se integrará en el entorno manteniendo la alineación con la fachada histórica que se conservará según lo estipulado en el concurso. Tendrá una altura de planta baja más tres pisos, respetando una distancia de cuatro metros desde la fachada original de las Casetes.
La distribución de las viviendas también refleja un enfoque moderno y flexible. Todas las viviendas contarán con dos habitaciones de igual tamaño, lo que permite una mayor versatilidad en su uso y se adapta a diferentes tipos de unidades familiares. Además, el edificio incluirá áreas comunes para fomentar la socialización entre los residentes, como un patio interior con aparcamiento para bicicletas y una terraza comunitaria en la primera planta. Este diseño promueve una vida comunitaria más activa y conectada, algo que puede ser especialmente valioso en una ciudad donde la vida a menudo se desarrolla en pequeños apartamentos individuales.
Otra característica importante es la configuración del edificio en un único volumen compacto, con tipologías pasantes que aseguran una ventilación cruzada. Esto, junto con el diseño orientado a aprovechar al máximo la luz natural, contribuirá a mejorar la eficiencia energética y el confort de los habitantes.
Un proceso en marcha
La elección de la propuesta ganadora es solo el primer paso de un proceso que aún tiene varias etapas por delante. Ahora comienza la fase de redacción del proyecto básico y del proyecto ejecutivo, que definirá los detalles de la construcción. Además, se tramitará el nuevo planeamiento urbanístico para adecuar el proyecto a la configuración actual de la zona.
Uno de los puntos más importantes será la preservación de la fachada de las Casetes d’Encarnació, que se mantendrá como un recordatorio del patrimonio arquitectónico de la zona. Este proyecto, además de crear nuevas viviendas, responde a la necesidad de proteger el legado histórico y natural de Gràcia. La preservación de la alzina y de la fachada son símbolos de un compromiso con la memoria del barrio, pero también con su futuro.
La importancia del proyecto para Barcelona
Este proyecto tiene una doble importancia: por un lado, protegerá y dará visibilidad a un patrimonio natural único como es la alzina, y por otro, aportará nuevas viviendas públicas en una de las zonas más densas de la ciudad. Gràcia es conocida por su carácter compacto y su falta de espacio para nuevas construcciones, por lo que cada proyecto que añade viviendas asequibles es crucial.
La primera teniente de alcaldía de Urbanismo, Transición Ecológica, Servicios Urbanos y Vivienda, ha destacado que este proyecto responde a la necesidad de hacer el patrimonio accesible a la comunidad. No se trata solo de proteger un espacio, sino de transformarlo para que los vecinos puedan disfrutarlo. Además, ha subrayado la importancia de incrementar el parque de viviendas públicas en una ciudad como Barcelona, donde el acceso a la vivienda es uno de los principales problemas.
El comisionado de Vivienda, por su parte, ha recordado que el acceso a la vivienda es la prioridad número uno para el Ayuntamiento. Este proyecto, junto con otros que se están llevando a cabo en toda la ciudad, refleja el esfuerzo del gobierno municipal por aumentar la oferta de viviendas asequibles y evitar que los ciudadanos se vean obligados a abandonar su barrio por falta de opciones.
Un proyecto que mira al futuro
El proyecto de las Casetes d’Encarnació no es solo una intervención arquitectónica, es una declaración de intenciones sobre cómo Barcelona puede crecer de manera sostenible y respetuosa con su historia. Al combinar la protección del patrimonio con la creación de nuevos espacios públicos y viviendas asequibles, el Ayuntamiento de Barcelona está dando un paso importante hacia una ciudad más habitable y accesible para todos.
Aunque aún faltan algunos años para que las obras comiencen, este proyecto ya ha generado expectativas entre los vecinos de Gràcia y entre quienes siguen de cerca la evolución de la ciudad. Barcelona sigue apostando por proyectos que no solo transforman el paisaje urbano, sino que también mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos.