La majestuosidad de La Sagrada Familia de Barcelona es mundialmente conocida. Sin embargo, pocos saben que a tan solo una hora en coche de la capital catalana, se encuentra una réplica sorprendente y relativamente desconocida.
Enclavada en Montferri, Tarragona, este santuario ha ganado notoriedad gradualmente gracias a su presencia en sitios web y redes sociales. Este rincón secreto recibe el nombre de Santuari de la Mare de Déu de Montserrat y su historia y arquitectura son dignas de admiración.
El diseño de esta «otra» Sagrada Familia es obra de Josep María Jujol, un discípulo de Antoni Gaudí. Su relación comenzó en 1904, cuando Jujol estaba estudiando arquitectura. Empezó como asistente de Gaudí y con el tiempo, se convirtió en su colaborador, desarrollando una relación de influencia mutua.
La construcción comenzó alrededor de 1925, pero se detuvo en 1931 debido a problemas económicos y a la guerra civil española. No fue hasta 1987 que se reanudaron las obras bajo la dirección del arquitecto Joan Bassegoda.
Finalmente, la construcción se completó en 1999, después de un período accidentado que le valió el apodo de «La otra Sagrada Familia».
Ambos compartían un profundo interés por el detalle artesanal, un rasgo característico del estilo arquitectónico de Gaudí. Se dice que ambos arquitectos también compartían una sensibilidad por la naturaleza.
«La Otra» Sagrada Familia: un tesoro desconocido en Tarragona
El Santuari de la Mare de Déu de Montserrat es una obra maestra del modernismo, con treinta y tres cúpulas que imitan las formas de la montaña de Montserrat. También cuenta con cuarenta y dos pilares que sostienen un techo que parece flotar en el aire.
El objetivo principal de esta construcción era mantener una conexión directa entre la ermita y la tierra, y para lograrlo, se utilizaron elementos naturales del entorno para decorar las paredes de la iglesia, como las rocas redondeadas de las montañas de Montserrat.
Esta joya modernista dedicada a la Mare de Déu de Montserrat, cautiva a quienes la visitan, especialmente entre los viñedos del Alt Camp tarraconense.
Este tesoro cultural y artístico está situado en un montículo de 400 metros orientado hacia Montserrat, el Santuari de la Mare de Déu de Montserrat se sostiene sobre arcos parabólicos, un rasgo típico del modernismo catalán.
Un santuario por devoción y gratitud
A finales del siglo XIX, los habitantes de Montferri y los pueblos cercanos solían peregrinar hasta el Monasterio de Montserrat, especialmente en octubre, después de la vendimia, para agradecer la cosecha a la Mare de Déu de Montserrat.
Sin embargo, décadas más tarde, el jesuita Daniel Maria Vives decidió construir un santuario más cercano para evitar que los vecinos tuvieran que desplazarse largas distancias y para fomentar la devoción a la Moreneta, una advocación de la Virgen María venerada en Montserrat.