Barcelona es un destino turístico por excelencia. Los viajeros buscan encontrar rincones auténticos en la ciudad, lo cual se ha convertido en una tendencia. Sin embargo, este fenómeno no está exento de consecuencias, especialmente en ciudades como Barcelona, donde la gentrificación y el ruido turístico descontrolado están afectando la calidad de vida de los residentes locales.
En un vídeo compartido en redes sociales por el usuario @alexrawlangs, un residente de Barcelona conocido como Pepe (nombre ficticio) revela los métodos poco convencionales que los habitantes de la ciudad condal están utilizando para lidiar con el ruido nocturno generado por los turistas.
Todo sucedió cuando una noche en la que Pepe estaba en casa, con su mujer pasando una velada “amorosa”. “Todo empezó a calentarse, pero con el ruido no podíamos…”
Consumido por los nervios, Pepe sacó la cabeza por el balcón y gritó: “¡Estamos follando aquí!”, pero nada y sólo recibió insultos a cambio. Enseguida, sacó un saco un huevo y lo tiró por la ventana. Después un plato de jamón y no hicieron caso. Terminó lanzando unas patatas por la ventana, pero el ruido allí seguía.
Pese al desesperado intento de Pepe de hacer callar a los transeúntes borrachos, ninguno de sus métodos funcionó.
Así, con una última esperanza de concienciar a la gente de lo molesto que puede llegar a ser el turismo, Pepe accedió a compartir su historia en el vídeo para ver si las redes, donde el problema se intensificó, pueden también hacer la misma magia para apaciguarlo.
Según Pepe, la situación ha alcanzado un punto crítico, con el aumento del turismo que ha transformado algunas áreas de Barcelona en verdaderos «circos». Ante la invasión de turistas y la falta de respeto hacia la tranquilidad de los vecinos, Pepe ha desarrollado sus propios métodos para intentar mantener la paz durante la noche.
¿Cómo los locales luchan contra el ruido turístico?
Uno de estos métodos implica el uso de huevos como primera línea de defensa contra el ruido excesivo. Según Pepe, lanzar huevos desde su balcón hacia la multitud ruidosa es su forma de expresar su frustración y hacer que los turistas se den cuenta del impacto negativo que están teniendo en la vida de los residentes locales.
El vídeo de Pepe es solo un ejemplo de la creciente tensión entre turistas y locales en Barcelona.
Sin embargo, lanzar huevos desde los balcones no es la única medida que los residentes están tomando. Algunos han recurrido a métodos más extremos, como tocar música a todo volumen o incluso organizar protestas callejeras para llamar la atención sobre el problema del turismo descontrolado.
El caso de Pepe ilustra la lucha cotidiana de los residentes de Barcelona por preservar su tranquilidad frente al creciente flujo de turistas.