En los círculos políticos y deportivos de España se está adelantando toda una batalla entre Barcelona y Madrid por la realización del prestigioso Gran Premio de Fórmula 1.
Aunque el anuncio oficial aún no ha llegado, los rumores indican que Liberty Media e Ifema Madrid están a punto de sellar un acuerdo que llevará el evento desde Barcelona hasta la capital española a partir de 2026.
Esta noticia desencadena una serie de conflictos de intereses, políticos y económicos entre ambas ciudades.
Barcelona y Madrid: más allá de la competencia deportiva
La llegada del Gran Premio de Fórmula 1 a Madrid no solo implica un cambio de ubicación para los amantes del automovilismo, sino que desencadena una serie de intereses que van más allá de lo deportivo y económico, alcanzando incluso el ámbito político.
La rivalidad entre las dos urbes se ha intensificado debido a la posibilidad de albergar uno de los eventos deportivos más prestigiosos del año.
Desde el punto de vista deportivo, surge un conflicto evidente entre el Circuit de Catalunya y la propia competición. Montmeló, actual sede del Gran Premio de España, tiene acuerdos firmados hasta 2026, el mismo año en que Madrid pretende organizar su Gran Premio.
Ante este conflicto, se barajan soluciones como la alternancia de apariciones o la inclusión de dos circuitos españoles en un mismo Mundial de F1.
Para Cataluña, perder la oportunidad de acoger una carrera del evento supondría más que una cuestión deportiva; sería un golpe a su identidad, ya que durante un fin de semana completo, Cataluña se convierte en el centro de atención mundial.
Conflictos de diseño y financieros
Aunque Madrid ha avanzado en las negociaciones para albergar el Gran Premio, aún enfrenta desafíos significativos. El trazado propuesto debe ser homologado por la FOM y la FIA, y los primeros diseños filtrados han generado ciertas dudas.
La elección de un circuito urbano, siguiendo la tendencia de otras ciudades como Miami o Las Vegas, no ha sido bien recibida entre los fanáticos más leales.
El evento en Madrid se posiciona como un VIP Premium, respaldado enteramente por inversores privados. Este enfoque busca equilibrar el alto costo que implica el canon de la F1, alrededor de 60 millones de euros por temporada y la construcción del circuito, estimada en cerca de 100 millones.
En comparación, Barcelona sigue contando con el respaldo financiero del gobierno de la Generalitat, con un canon de 50 a 60 millones anuales.
¿Un golpe nacional o una oportunidad de desarrollo?
La disputa ha trascendido los límites deportivos y económicos para convertirse en una cuestión política de envergadura nacional. Desde la Comunidad de Madrid, los elogios y la ilusión hacia el proyecto son palpables. La presidenta de la comunidad, destaca el papel administrativo y cultural que Madrid desempeñará en el evento.