Los datos municipales confirman que la tendencia en Barcelona hacia un modelo sostenible de movilidad, es evidente. Más del 50% del espacio público dedicado a la movilidad se destina ahora a los transeúntes.
Por ello, Barcelona se encuentra inmersa en una transformación urbana que redefine su paisaje y su forma de movilidad.
La emblemática reforma de Via Laietana, por ejemplo, una arteria diseñada para conectar el puerto con el Eixample a principios del siglo XX, es solo una muestra de la apuesta por priorizar al peatón en detrimento del vehículo privado.
Ejes verdes y la redefinición de la ciudad, modelo sostenible de movilidad
En noviembre de 2020, la presentación de los «ejes verdes» marcó un punto álgido en la materialización de esta visión urbana. El automóvil dejaba de ser el protagonista en el Eixample, diseñado por Ildefons Cerdà, para convertirse en un invitado.
Via Laietana, Pi i Margall, la Rambla, Glòries y otras arterias emblemáticas, se unen a una lista que demuestra la decidida apuesta por una movilidad sostenible y activa.
Hace apenas 10 años, esta transformación habría parecido una locura. Sin embargo, hoy es una realidad palpable: una docena de arterias principales ha perdido un tercio de sus carriles de circulación en los últimos 15 años.
Carriles bus, ampliaciones de acera y vías ciclistas han emergido, reduciendo el espacio para el automóvil en un 33%.
Cambio en la cuota modal y congestión vial
La cuota modal del vehículo privado ha descendido por primera vez por debajo del 20%. Más del 80% de los desplazamientos ahora se realizan de manera sostenible, activa o en transporte público.
Los datos revelan que los conductores metropolitanos optan por recorrer la ciudad por las rondas exteriores, como Gran Via o Aragó, en lugar de internarse en el centro.
La percepción de que el tiempo invertido en desplazamientos en automóvil no compensa debido a la menor disponibilidad de carriles comienza a afectar a los habitantes de la ciudad.
A cierre de 2023, el reparto del espacio público reflejaba un cambio significativo: el 50,5% estaba destinado a los peatones, mientras que los coches y motos compartían el 34,3%.
Desafíos y oportunidades para una ciudad sostenible
Barcelona se enfrenta a este cambio de paradigma en la movilidad con desafíos y oportunidades. A pesar de ser una de las grandes ciudades europeas con menos metros cuadrados de verde por habitante, la ciudad ha logrado amortiguar esta carencia con la plantación de 1,4 millones de árboles, casi uno por ciudadano.
Sin embargo, persisten diferencias significativas entre distritos, destacando la necesidad de abordar la equidad en el acceso a espacios verdes.
Observando los datos por distritos, Sant Martí destina más espacio a los viandantes, mientras que Sarrià-Sant Gervasi y Sants-Montjuïc mantienen una proporción donde la calzada para coches supera al espacio peatonal.