¿Fiestas más seguras? La Diputación de Barcelona apuesta por el consumo responsable de alcohol

En la actualidad, las fiestas populares en Barcelona son un punto de encuentro cargado de tradición, música y, cómo no, un buen vaso de vino o una cerveza. Sin embargo, el consumo de alcohol en estas celebraciones presenta retos importantes para la salud pública, especialmente cuando se trata de menores. Recientemente, la Diputación de Barcelona ha tomado cartas en el asunto al ofrecer cursos orientados específicamente al personal que sirve bebidas en las barras durante estas festividades. Vamos a analizar cómo esta iniciativa puede cambiar las dinámicas de consumo en fiestas.

promover el consumo responsable de alcohol

La situación actual del consumo de alcohol en adolescentes

El consumo de alcohol en adolescentes, según los datos proporcionados por la Encuesta de hábitos de salud a alumnos de 4º de ESO, es preocupante. Parece que casi 7 de cada 10 jóvenes ha probado el alcohol antes de los 14 años, con una edad media alarmantemente baja para su primer contacto. Sorprendentemente, las cifras revelan que las chicas son las que más temprano empiezan a experimentar con la bebida. Este fenómeno no es aislado y responde a un ambiente social donde la bebida se ve como parte inherente de la diversión.

Talleres para un consumo responsable

Ante este panorama, la Diputación de Barcelona ha decidido intervenir organizando 20 talleres a lo largo del año. Estos cursos de dos horas están diseñados para quienes trabajan tras las barras en las festividades, equipándolos con herramientas y estrategias para fomentar un consumo más consciente y, esencialmente, prevenir el consumo entre menores. Ya sea identificando a un adulto que intente comprar alcohol para un menor o negándose a servir de manera respetuosa, el personal capacitado puede marcar una gran diferencia.

Además de aprender a manejar estas situaciones, los cursos también sugieren prácticas adicionales que pueden adoptar las barras. Por ejemplo, ofrecer una variedad de bebidas sin alcohol a precios atractivos, evitar las tentadoras ofertas como los happy hours, y detener la venta de alcohol en la última hora de la fiesta. Son recomendaciones sencillas pero efectivas que podrían tener un gran impacto en la seguridad y el bienestar de todos los asistentes.

Apoyo más allá de los talleres

La apuesta de la Diputación no termina en los talleres. Ofrecen apoyo técnico y económico a distintos ayuntamientos que desean implementar sus propias medidas preventivas. Una muestra de su compromiso con el tema es el taller “Desmitifica el alcohol”, dirigido a estudiantes de 3º y 4º de ESO con el objetivo de retrasar el inicio del consumo. Además, existe la exposición “Da la vuelta al alcohol” que gira virtual y físicamente por escuelas, sensibilizando a los más jóvenes sobre los riesgos asociados con el abuso de esta sustancia.

Contribuyendo a un objetivo global

Es importante destacar que esta acción no es una medida aislada o local. Se enmarca dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente en los que promueven la salud y el bienestar y el consumo responsable. En el año 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció estos objetivos como parte de su agenda global para 2030. La Diputación de Barcelona ha asumido su responsabilidad en el cumplimiento de estos objetivos, alineando sus esfuerzos con esta visión a largo plazo.

Impacto esperado

Entonces, ¿qué podemos esperar que cambie con esta iniciativa? Si bien las fiestas recién comienzan con estas medidas, cabe esperar que, al aumentar la conciencia sobre el consumo responsable, se logre una reducción significativa en el consumo de alcohol por parte de los menores. A largo plazo, las iniciativas formativas también podrían llevar a una transformación cultural, donde la diversión sea posible sin excesos, fomentando así un entorno más seguro y saludable para todos los asistentes.

Implementar un plan educativo para las festividades es un paso en la dirección correcta. Al empoderar al personal detrás de la barra, la Diputación de Barcelona siembra la semilla de un cambio positivo que podría resonar en futuras generaciones. Quizás, un día, mirar atrás y pensar en estas decisiones nos haga sentir orgullosos de cómo las cosas comenzaron a cambiar, una barra a la vez.