El Aeropuerto de Barcelona-El Prat se encuentra en medio de un intenso debate sobre su expansión y capacidad para asumir más vuelos intercontinentales.
Con siete propuestas sobre la mesa, provenientes de diferentes entidades y administraciones, y opiniones encontradas entre ecologistas y defensores de la modernización, el futuro de esta importante infraestructura está en juego.
Actualmente, el aeropuerto cuenta con tres pistas, cada una con funciones específicas: la primera se utiliza para aterrizajes, la segunda opera de noche y la tercera, ubicada cerca del mar y la laguna de La Ricarda, es utilizada para despegues.
Sin embargo, este sistema segregado ha generado problemas operativos, especialmente para los aviones más grandes que necesitan más espacio de pista para despegar de manera segura.
La expansión del Aeropuerto de Barcelona-El Prat
Las propuestas para abordar esta situación son variadas. Algunas implican la ampliación de las pistas, ya sea aumentando su longitud o construyendo una nueva sobre el mar.
Estas opciones, aunque ofrecen soluciones operativas, plantean preocupaciones ambientales debido al impacto en el espacio natural de La Ricarda y en el mar. Otras propuestas sugieren desviar parte de los vuelos a otros aeropuertos cercanos y mejorar las conexiones por tren, como alternativa a la ampliación de El Prat.
El pasado año, Aena propuso ampliar la pista más cercana al mar en 500 metros, manteniendo el sistema de pistas segregadas. Sin embargo, esta propuesta ha generado controversia y aún está en debate.
Por otro lado, en febrero de 2023, surgió la idea de construir una nueva pista sobre el mar, a una distancia segura de la costa, como una solución alternativa.
Las últimas propuestas, presentadas por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, sugieren modificar el funcionamiento de las pistas durante los meses de julio y agosto para asumir más vuelos intercontinentales, sin necesidad de ampliar la tercera pista.
Sin embargo, esta propuesta enfrenta críticas debido al aumento previsto de la contaminación acústica para los residentes de áreas cercanas.
Un debate con diversas opiniones
En medio de este debate, las opiniones están divididas. Por un lado, existen presiones para modernizar y expandir el aeropuerto para mantener su competitividad y capacidad de crecimiento. Por otro lado, hay preocupaciones legítimas sobre el impacto ambiental y la saturación de recursos que podrían resultar de una ampliación desmedida.
La creación de una comisión para estudiar el modelo aeroportuario de Catalunya y transformar El Prat refleja el reconocimiento de la importancia de abordar estas cuestiones de manera integral y colaborativa.
Sin embargo, la decisión final recae en el Gobierno central, lo que agrega una capa adicional de complejidad a este debate en curso.
En última instancia, el futuro del Aeropuerto de Barcelona-El Prat dependerá de encontrar un equilibrio entre las necesidades operativas, las preocupaciones ambientales y las consideraciones sociales.