La obra de Gaudí oculta en el Parque de la Ciutadella

Parque de la CiutadellaLa obra de Antoni Gaudí ha dejado una huella indeleble en Barcelona, con icónicos monumentos como la Sagrada Família, el Parque Güell y la Casa Batlló. Sin embargo, una de sus creaciones menos conocidas se encuentra en un rincón inesperado: el Parque de la Ciutadella. Este popular espacio verde, que muchos ven simplemente como un lugar para relajarse, alberga una joya oculta a plena vista: una verja diseñada por el joven Gaudí. Aunque menos imponente que sus obras más célebres, la verja del Parque de la Ciutadella es un ejemplo intrigante de su habilidad para fusionar arte y funcionalidad.

La verja del Parque de la Ciutadella

 

En 1876, cuando Gaudí tenía apenas 24 años, recibió el encargo de diseñar esta verja, dentro de un proyecto más amplio liderado por su mentor, el maestro de obras Josep Fontserè i Mestres. Fontserè, originario de Riudoms y protector del joven arquitecto, había solicitado la colaboración de Gaudí, quien trabajaba como delineante en su despacho. El 30 de mayo de ese año, el proyecto fue presentado, aunque firmado por Fontserè.

La verja, que rodea el parque, tiene una longitud de un kilómetro y cuenta con 132 columnas de enlace y siete puertas. Tres de ellas se encuentran en el paseo de Picasso, otras tres en el paseo de Pujades y una en la calle Princesa. Las puertas principales destacan por sus columnas de nueve metros de altura, acompañadas de columnas auxiliares de cuatro metros. Estas entradas están coronadas por candelabros que originalmente se iluminaban con llamas de gas, aunque hoy han sido electrificadas. El escudo de Barcelona, con el yelmo de guerra de Jaime I de Aragón y un dragón alado, adorna estas columnas. Este símbolo del dragón, recurrente en la obra de Gaudí, añade un toque de majestuosidad y se integra armoniosamente en el diseño de la verja.

Detalles

La construcción de la verja la realizó la fundición «Nueva Vulcano» y los talleres de Marià Rifà i Rumeu, con un coste total de 250,000 pesetas. La obra no pasó desapercibida en su tiempo. El 20 de septiembre de 1880, Eduard Támaro, editor de «La Ilustració Catalana» y socio de Gaudí en «La Catalanista», publicó un grabado de la verja junto con un elogioso comentario que reconocía la paternidad del joven arquitecto en el diseño.

A medida que el proyecto avanzaba, en 1885 se añadieron esculturas a las puertas principales. Venanci Vallmitjana fue el encargado de esculpir las estatuas de la Industria y el Comercio. Su hermano Agapit Vallmitjana creó las de la Agricultura y la Marina. Estas esculturas, junto con la propia verja, fueron durante el siglo XIX un atractivo turístico destacado en Barcelona. Las mismas aparecieron en guías de la ciudad y colecciones fotográficas de la época.

Un rincón especial en Barcelona

El Parque de la Ciutadella, además de ser uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad, es un lugar de encuentro tanto para locales como para turistas. Este espacio está ubicado en pleno centro de Barcelona. Es un refugio tranquilo que contrasta con el bullicio urbano. La verja de Gaudí es un elemento que muchos visitantes pasan por alto.

A primera vista, la estructura de la verja puede parecer simple, pero al observarla de cerca, se revelan los detalles únicos que caracterizan el estilo de Gaudí. Las formas orgánicas que decoran la estructura son un reflejo de su constante inspiración en la naturaleza, uno de los temas centrales de su obra. Las líneas curvas y los motivos vegetales se integran perfectamente con el entorno natural del parque, mostrando la maestría del arquitecto en el uso del hierro forjado. Gaudí empleó este material en varias de sus obras, dándole formas sinuosas que imitan el crecimiento de plantas y otras formas orgánicas.

Aunque esta verja no goza de la fama de la Sagrada Família o la Casa Batlló, representa una pieza fundamental en la trayectoria de Gaudí. Se trata de un claro ejemplo de su capacidad para elevar lo cotidiano a la categoría de arte. Para aquellos que deseen conocer más a fondo el legado de este genio arquitectónico, una visita al Parque de la Ciutadella es imprescindible.  Ofrece una muestra menos conocida, pero igualmente fascinante, de su talento.

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