Los misterios ocultos tras el callejón Estruc en Barcelona

A veces la historia se esconde tras callejones que pasan desapercibidos para los caminantes. ¿Quién hubiera pensado que a tan solo tres minutos de la bulliciosa plaza de Catalunya, en Barcelona, se encuentre un lugar envuelto en simbolismos y magia arcana? La calle de Estruc, apenas visible para los menos atentos, es uno de esos rincones que te invita a mirar más allá del concreto y la modernidad.

calle de Estruc

Un pasaje a través del tiempo

La historia de la calle de Estruc se remonta a una Barcelona medieval. En ese entonces, la ciudad se extendía fuera de sus murallas, y estos alrededores comenzaron a formarse en torno a monasterios y edificaciones religiosas. Para el siglo XIV, este laberinto de caminos ya formaba parte de las murallas nuevas de Barcelona. La primera mención oficial a esta calle se da en los registros de las cortes de 1358. Es aquí donde la historiadora Carolina Zarauza arroja algo de luz sobre los impuestos que se cobraban a las viviendas allí, refiriéndose a los tributos que eran pagados a la corona.

Este callejón, de aproximadamente 200 metros de longitud, lleva el nombre de Astruc Sacanera. Pero, ¿quién fue este individuo? Según Ricard Bru, un alquimista contemporáneo, Sacanera era conocido como “el brujo”, famoso por su uso de la piedra escurçonera para curaciones. De hecho, la palabra estruc (o astruc, en catalán) significa “suertudo”, o literalmente, el que goza de un buen astro. Esta denominación extendía su uso a sanadores y practicantes de las artes mágicas.

La piedra de curación y los saberes medievales

Se dice que la piedra escurçonera, una roca negruzca, tenía la capacidad de curar la rabia y tratar mordeduras de vibora. Durante la Edad Media, las técnicas que combinaban botánica, astrología y magia eran apreciadas y respetadas como saberes vitales. El concepto de brujo no siempre estuvo vinculado con lo diabólico. Más bien, estos individuos eran considerados expertos en varias disciplinas, desde el ajuste de huesos hasta la extracción de muelas o el tratamiento del mal de ojo.

Más allá de Astruc, otros personajes poblaron esta calle, como Bernard Granollacs, quien concibió un calendario lunar que ayudaba a determinar los momentos ideales para ciertos tratamientos médicos, como purgas y sangrías.

Secretos oscuros detrás de la magia

No todos los relatos sobre la calle de Estruc son amables. A veces la historia se torna perturbadora y nos remonta a crímenes que dejaron profundas marcas. Uno de los incidentes más impactantes fue el brutal asesinato de una familia en 1909. Un ataque a hachazos terminó con la vida de un matrimonio y su bebé, dejando una huella imborrable en la memoria del lugar.

Este callejón sombrío, lleno de relatos y leyendas, sugiere una mezcla de luces y sombras en cada rincón. Quizás esto sea lo que lo hace tan intrigante y cautivador. La calle de Estruc sigue siendo un vestigio del tiempo, un lugar donde lo místico y lo inevitablemente humano continúan convergiendo en sus 200 metros de longitud.

Un paseo por la magia y el misterio

Para aquellos que buscan descubrir qué yace más allá de las superficiales capas de la historia, la calle de Estruc es un portal hacia la Barcelona del pasado. Un recorrido por este pequeño callejón ofrece más de lo que uno esperaría: un vistazo a las prácticas médicas medievales, un reflejo de la vida en tiempos antiguos y una muestra de cómo los humanos hemos intentado sanar y entender el mundo que nos rodea.

Así que la próxima vez que te encuentres por las inmediaciones de la plaza de Catalunya, tal vez quieras desviarte del camino y visitar este rinconcito arcano. Quizás, si prestas atención, también podrás sentir la poderosa magia que alguna vez habitó sus piedras, y quizás hasta escuchar los susurros de aquellos que lo transitaron siglos atrás.