Un elefante de cacao de 3 metros de altura y 170 kilos de peso y otras delicias, fueron las que le dieron el triunfo al pastelero catalán Lluc Crusellas de 26 años en el World Chocolate Masters de París.
El pasado 31 de octubre Crusellas fue proclamado el mejor maestro chocolatero del mundo. El prestigioso concurso es organizado por Cacao Barry, un fabricante de gran trayectoria y reconocimiento en el sector.
Pero es la primera vez en la historia que el galardón mayor es otorgado a un catalán y en esta ocasión, frente a candidatos de 17 países.
El joven maestro pastelero oriundo de Osona, provincia de Barcelona, se preparó para la competición por más de un año después de haber sido ganador del título de mejor chocolatero de España.
Para asumir el reto, los participantes reciben apoyo psicológico y de trabajo. Incluso cuentan con un equipo de hasta 8 personas, materias primas e instrumentos que viajaron desde la Ciudad Condal hasta París.
¿Cómo ganó en el World Chocolate Masters?
Lluc Crusellas obtuvo el primer puesto gracias a que elaboró un elefante de cacao puro de 3 metros de altura y 170 kilos de peso, entre otros retos.
La competición se desarrolló en tres jornadas. En cada una de ellas los concursantes tuvieron que elaborar diferentes piezas con especificaciones concretas. Cada jornada era eliminatoria.
Durante la primera jornada del World Chocolate Masters, el reto exigía elaborar un pastel de chocolate que se pudiera dividir exactamente entre 6. Crusellas propuso uno muy novedoso que aparentando no estar fraccionado, ya estaba cortado en las porciones exigidas.
La segunda prueba fue su gran oportunidad: consistía en montar un escaparate donde elaboró el elefante de tres metros de cacao con un nivel de detalle sencillamente espectacular.
Y la tercera prueba que se realizó en el último día de competencia y entre 10 finalistas solamente, fue hacer una estructura de chocolate artística. Pero debía ser una pieza muy versátil que gustara a un chocolatero, a un deportista o a un fan de la innovación.
Y allí Crusellas se llevó todos los honores elaborando una pieza de chocolate sin azúcar con brioche reaprovechado y piel de plátano comestible.
Un chocolatero catalán de estrella Michelín
La trayectoria chocolatera de Lluc Crusellas inició a sus 17 años y mientras terminaba el instituto. Su pasión y gusto por elaborar postres nació cuando trabajaba durante las vacaciones de verano en el restaurante de Nandu Jubany (con estrella Michelín).
Posteriormente se formó como pastelero en las escuelas Espai Sucre y Hoffmann. Después trabajó como profesional en La Pastisseria Barcelona y El Carme Pastisseria, donde en la actualidad es jefe de pastelería.
En su discurso de premiación, Crusellas dio las gracias a todos por haberse sumado a “un pequeño gran proyecto. Ha sido un trabajo entre todos y lo hemos disfrutado”, afirmó.