Después de superar un apagón eléctrico que la mantuvo cerrada durante meses, la histórica churrería Alpuente de Barcelona se prepara para volver a deleitar a sus seguidores y nuevos clientes.
En el vibrante escenario gastronómico de Barcelona, donde los sabores tradicionales y las tendencias culinarias se entrelazan, se alza la icónica churrería Alpuente.
Con más de 65 años de historia, este establecimiento ha sido testigo de la evolución de la ciudad y más recientemente, de un auge que hizo famoso gracias a TikTok.
La churrería Alpuente, ubicada en la calle de Ribes número 161, ha sido un negocio familiar que ha perdurado a lo largo de los años.
Es conocida por sus tradicionales churros y porras, fritas en aceite de orujo de oliva mezclado con AOVE y por su ambiente acogedor que invita a disfrutar de estas delicias con un buen café.
Con su reapertura programada para finales de septiembre, la churrería Alpuente está lista para un nuevo capítulo en su historia.
El auge en TikTok de la churrería Alpuente: de 0 a 75 millones de visualizaciones
La historia de la churrería Alpuente es una que demuestra el poder de las redes sociales y la viralidad en la era digital. Juan Alpuente, propietario del negocio, decidió aprovechar la creciente popularidad de TikTok para promocionar su churrería. Los resultados fueron sorprendentes.
El perfil de la churrería en TikTok acumula cerca de 40,000 seguidores y más de 75 millones de visualizaciones. Los videos de Juan Alpuente compartiendo su experiencia en el mundo de los churros y las porras se volvieron virales, atrayendo la atención de amantes de la comida de todo el mundo.
Personas de diferentes países han visitado el establecimiento después de ver sus videos en TikTok, lo que ha llevado a un aumento del 20% al 30% en los beneficios del negocio.
Problemas con la luz
La fama y el éxito de la churrería se vieron amenazados por un inesperado problema eléctrico. Juan Alpuente, como cualquier churrero, necesitaba electricidad para poder trabajar.
Cuando solicitó al Ayuntamiento de Barcelona que instalara un contador eléctrico, no esperaba que esto desencadenara una serie de eventos que lo dejarían sin luz y sin poder trabajar.
El Ayuntamiento aparentemente había instalado incorrectamente el contador eléctrico, conectando un cable desde la churrería hasta una farola y luego hasta la caja del contador.
Esta instalación defectuosa fue descubierta por un inspector de Endesa, quien cortó la electricidad de la churrería, lo que llevó a su cierre durante casi dos meses.
A pesar de este desafío inesperado, Juan Alpuente no se rindió. Su determinación y la ayuda de un seguidor que trabajaba en Endesa allanaron el camino para la reapertura de la churrería. Con el cable reconectado y la electricidad restaurada, Alpuente está listo para recibir a sus clientes nuevamente.