Plaza Catalunya: el corazón de la ciudad de Barcelona

Lo sabemos: Plaza Catalunya no suele enamorar a primera vista. Muchos la ven solo como un lugar de paso, un punto de encuentro para seguir hacia otro destino. Pero si te detienes a mirar un poco más allá, descubrirás que esconde pequeñas joyas. Y de eso venimos a hablarte hoy: de esos tesoros ocultos que puedes encontrar a un paso de este epicentro barcelonés.

¿Tienes curiosidad? Pues sigue leyendo, que te lo contamos todo sin rodeos.

¿Qué hay para hacer en Plaza Catalunya? Aunque no lo creas, muchas cosas

Imagen cortesía de Martijn Vonk (unsplash.com), a quien pertenecen todos los derechos.

No, no vamos a hablar de Gaudí ni de La Rambla

Sí, sabemos que están cerca. Y claro, Paseo de Gracia o Portal del Ángel son tentadores. Pero no estamos aquí para hablar de shopping ni de los clásicos. Hoy te traemos planes diferentes, lugares que quizás no conoces o que has pasado por alto entre prisas y turistas.

Lugares especiales (y sabrosos) a un paso de Plaza Catalunya

Dalston: un café diminuto que te deja huella

En el Carrer de les Ramelleres, 16, se encuentra Dalston, una cafetería tan pequeña como encantadora. ¿Su secreto? El café de especialidad, tostado por ellos mismos, que enamora a cualquiera que lo prueba. Abrieron en 2017 y, desde entonces, se han ganado el corazón de los más cafeteros.

¿Un consejo? Acompaña tu café con alguno de sus sándwiches o piezas de bollería artesanal. Sencillamente, una delicia.

Los Cines Comedia: cine por 5 euros

Vale, puede que ya los conozcas, pero… ¿hace cuánto que no entras? Estos cines históricos están a escasos pasos de la plaza, y ofrecen una cartelera variada, desde blockbusters hasta películas independientes. La entrada cuesta solo 5 euros, así que es difícil resistirse.

La Plaça Gourmet: clásico renovado

Justo en el corazón de la plaza, la Cafetería Gourmet La Plaça ofrece algo más que una ubicación privilegiada. Aquí puedes disfrutar de tapas elevadas al siguiente nivel, paellas suculentas, hamburguesas con ingredientes premium o platos internacionales bien ejecutados.

Un lugar ideal para una comida con vistas al bullicio, pero con la tranquilidad de estar saboreando algo bien hecho.

El café más icónico: Café Zurich

Cualquier barcelonés sabe que el Zurich es un clásico. Pero no todos saben que, además de ser punto de encuentro, es un lugar perfecto para tomarte un café y ver pasar la ciudad. Sentarse en su terraza es como formar parte del ritmo de Barcelona, sin prisas, pero sin parar.

¿Y si te dijéramos que todo empezó con una Exposición Universal?

La Plaza de Catalunya no siempre estuvo ahí. Su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando fue concebida como parte de la transformación urbana de la ciudad con motivo de la Exposición Universal de 1888. Pero no fue hasta el 2 de noviembre de 1927, cuando el rey Alfonso XIII inauguró oficialmente la plaza, que empezó su vida pública como la conocemos hoy.

Ese día, Barcelona celebró en grande, y no era para menos: nacía un nuevo centro neurálgico, destinado a unir lo tradicional con lo moderno.

De solar vacío a centro de la ciudad

Durante años, lo que hoy es Plaza Catalunya fue un espacio sin definir. Pero con la urbanización iniciada en 1902 y culminada para la Exposición Internacional de 1929, se transformó completamente. Fue entonces cuando el arquitecto Francesc de Paula Nebot tomó las riendas y dotó a la plaza de su carácter actual.

Se añadieron fuentes ornamentales, bancos de piedra, farolas elegantes, y sobre todo, se construyó la estación de metro que hoy la conecta con todos los rincones de Barcelona.

La zona dejó de ser un espacio de paso para convertirse en un punto de encuentro, donde surgieron hoteles, cafeterías, bancos y tiendas. Todo al ritmo de una ciudad que no paraba de crecer.

Una arquitectura que mezcla siglos y estilos

Uno de los encantos menos comentados de la plaza es su arquitectura ecléctica. Desde el modernismo hasta el Art Nouveau, todo tiene cabida aquí. Muchos de los edificios que rodean la plaza muestran formas geométricas audaces, relieves florales, y detalles decorativos que merecen una segunda (y tercera) mirada.

Pero no solo se trata de edificios. Las esculturas que adornan la plaza forman parte de su alma. Nombres como Josep Clarà, Frederic Marès, Josep Subirachs o Jaume Barba han dejado su huella. Una de las más emblemáticas es el monumento a Francesc Macià, ese bloque de piedra inacabado que simboliza lo que está por construir.

Y ojo con esto: la plaza tiene 5 hectáreas. Es, de hecho, una de las mayores de Europa. Y eso se nota. Hay espacio para conciertos, actos políticos, eventos culturales… o simplemente para ver la vida pasar.

¿Qué hay cerca de Plaza Catalunya?

Decir que la plaza está bien ubicada es quedarse corto. Desde allí puedes lanzarte a explorar casi cualquier barrio interesante de la ciudad. Estás a dos pasos del Raval, a una caminata del Gótico, y a nada del Ensanche. Además, te conecta con todo a través del metro, el tren, el autobús y los aeropuertos.

Tanto si vas de visita como si eres local, esta plaza siempre te lleva a algún lugar.

Manuel Gibert i Sans: el primer vecino ilustre

¿Sabías que el primer residente de la zona fue Manuel Gibert i Sans? Empresario influyente, fue presidente del Liceo y del ferrocarril Barcelona-Mataró. Su casa, hoy reconvertida en hotel, sigue en pie como testimonio de los inicios de la plaza.

No solo era un hombre de negocios, también fue un apasionado del arte y la cultura. Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi, su figura está íntimamente ligada al crecimiento de la Barcelona moderna.

Hoy su antiguo hogar, con fachada elegante y vestíbulo majestuoso, contrasta con los edificios más recientes. Pero sigue ahí, resistiendo al tiempo y al ruido, como símbolo de todo lo que esta plaza representa.

Una plaza viva, que nunca se detiene

Con el paso de los años, la Plaza Catalunya se ha reinventado una y otra vez. Ha sido escenario de manifestaciones, celebraciones, actos culturales, fiestas populares y encuentros de todo tipo. Es un espacio público que siempre ha estado al servicio de la ciudad.

Y aunque muchas veces no la valoramos lo suficiente, es una plaza que tiene historia, carácter y un sinfín de detalles que la hacen especial.

Desde sus fuentes y esculturas, hasta los cafés donde se detiene el tiempo, cada rincón invita a ser descubierto. Y si aún no te has parado a mirar con calma, este es el momento perfecto.

No la subestimes, Plaza Catalunya tiene mucho que contar

Plaza Catalunya no es solo un punto geográfico. Es una intersección de culturas, de épocas y de personas. Es el alma visible de una ciudad que nunca se detiene, pero que a veces necesita que la mires más de cerca para descubrir lo mejor que tiene.

Así que la próxima vez que pases por allí, no sigas de largo. Tómate un café, siéntate en un banco, observa las esculturas o charla con un amigo. Porque cuando te detienes, Plaza Catalunya se transforma.